Cuarenta años después

Este miércoles el estado español, encabezado por el propio Rey, convocó a la celebración de un compromiso con la democracia, a propósito del golpe del 23F de 1981. Hace cuarenta años España intentaba consolidar una transición política desconocida en su historia. Inspirada por el Rey, pero dirigida, en forma audaz y prudente al mismo tiempo, por la lúcida inteligencia de Adolfo Suárez, aquella transición significó la metamorfosis institucional más brillantemente diseñada y mejor trabajada del siglo XX.

Entre sofisma y disparate

El tema se volvió recurrente y, en esa medida, peligroso para la democracia. Resulta difícil creer que asociaciones de municipios y de departamentos promuevan iniciativas, como la de unificar periodos y fechas para elegir gobernantes territoriales, el mismo día del presidente de la República y de los miembros del Congreso. Tampoco se entiende cómo dirigentes que dicen estar comprometidos con la Constitución del 91, proponen o estimulan contrarreformas de este tipo, que no solo quebrantan el principio de la autonomía territorial, sino que lo sustituyen por el principio contrario.