Corazonadas

César Picón

En la guerra los generales definen la estrategia militar sobre la base de información de inteligencia respecto a la posición del enemigo, sus flancos vulnerables y otros aspectos de los que puedan sacar provecho. En la guerra contra el Covid debería ser igual. Desafortunadamente, se están tomando decisiones a ciegas.
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Establecer toques de queda nocturnos durante los próximos fines de semana y anunciar que probablemente en Navidad y Año Nuevo se impondrán nuevas restricciones, parece responder más a una corazonada de nuestros gobernantes y sus equipos, que a una decisión basada en evidencia científica que respalde que son buenas jugadas para contener la cadena de contagio. Afectar la vida nocturna de la ciudad con mayor desempleo del país (donde se generan miles de empleos formales e informales), sin que medie un solo análisis epidemiológico que indique que allí se están originando focos de contagio es, claramente, una medida basada en suposiciones. ¿Qué tal que el aumento de contagios esté asociado a los eventos culturales e inauguraciones que viene organizando la Administración Municipal?, ¿será que se debe a aglomeraciones en restaurantes, bancos o supermercados?, ¿quizá sea el resultado de los muchos usuarios del transporte público que repletan las busetas en las horas pico? No lo sabemos, aunque deberíamos. Si se contara con esa información, se evitaría poner en jaque la reactivación económica y generar una exagerada incertidumbre en otros sectores que no saben si de repente también van a tener que cerrar. Proteger la vida y la salud de la gente, insisto, va mas allá de evitar el contagio: también hay que salvar los empleos, retornar a las escuelas, continuar los proyectos de vida, vivir como humanos.

Justamente el Ministerio de Salud replanteó la estrategia en función de la necesidad de flexibilizar la apertura social y económica, y, especialmente, ante la cruda realidad de ver lejana la vacuna. A estas alturas ya no recomienda confinar a la población ni cerrar sectores deliberadamente, sino implementar la estrategia Prass: realizar masivamente pruebas, rastrear al menos 20 contactos por cada caso sospechoso o probable, y aislar los casos específicos garantizando que tengan disponibilidad de comida, atención médica y una red de apoyo para el cumplimiento del aislamiento. En una rápida revisión a las estadísticas del Instituto Nacional de Salud, comprobé que muchos departamentos superan a Tolima en la realización de pruebas PCR x millón de habitantes. También he conocido que los equipos epidemiológicos contratados por la Alcaldía han permanecido incompletos por falta de acelerar la contratación del personal, ilógico en medio de la pandemia.

El virus está ganando la guerra en una ciudad y un departamento que ven crecer desenfrenadamente los casos positivos y las muertes por Covid. No es señalando de irresponsables a los ciudadanos y menos llenando la ciudad de soldados, como van a conseguir parar la cadena de contagios. La invitación para nuestros gobernantes, que ciertamente son los generales al mando de esta guerra, es a fortalecer los equipos de expertos de tal forma que puedan conseguir la información científica necesaria para establecer acciones pertinentes y eficaces. En algunos casos hay que hacer lo que dicte el corazón, pero cuando lo que está en juego es la vida de la gente y la posibilidad de salvar una economía, conviene acudir a la razón y al conocimiento para tomar las decisiones correctas.

CÉSAR PICÓN

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