Los consumidores maduros, un mercado por explorar

Con la disminución de la tasa de natalidad y el aumento en la calidad de vida, la población adulta se convierte en un segmento más atractivo para el comercio y la industria. Mientras en Colombia, hace veinte años, el 10 por ciento de la población pertenecía a este grupo, hoy es el 15 por ciento y se espera que para el 2020 sea el 18 por ciento.

Con la disminución de la tasa de natalidad  y el aumento en la calidad de vida, la población adulta se convierte en un segmento más atractivo para el comercio y la industria. Mientras en Colombia, hace veinte años, el 10 por ciento de la población pertenecía a este grupo, hoy es el 15 por ciento y se espera que para el 2020 sea el 18 por ciento. 

Los consumidores maduros representan grandes oportunidades y cambios para la cadena de distribución y el comercio en general por su crecimiento acelerado, su poder adquisitivo y su alta lealtad a las marcas que le brindan bienestar. Sin embargo, en la actualidad es un nicho del mercado que no ha sido explotado pues muchas de las estrategias de marketing y publicidad están enfocadas en la población joven.

Para estos consumidores, la comodidad y la calidad son  factores determinantes de compra. Según una encuesta realizada por la consultora At Kearney a personas mayores de 60 años en 23 países, en la mayoría de los casos las necesidades y preferencias no son atendidas adecuadamente ni por los comerciantes ni por lo fabricantes, al encontrar que el gran número de quejas giran en torno a sus limitaciones físicas. Para ellos, los almacenes grandes son incómodos por sus altas estanterías, que en muchos de los casos, no les permiten alcanzar el producto que desean. Además, los consultados enfatizan en la falta de personal y sillas en estos establecimientos.

En cuanto a los hábitos de compra, para los adultos mayores, ir de compras no solo resulta ser una actividad por necesidad sino también una experiencia social y de ocio. Su frecuencia es de una o dos veces por semana que si se compara con otros grupos de edades parece ser muy alta. Asimismo, tienden a gastar menos en ropa y más en alimentos y productos para la salud, tendencia que puede ser música para los oídos de los grandes almacenes e hipermercados que vienen perdiendo la batalla con el canal tradicional en la venta de alimentos y medicamentos.  

Este profundo cambio demográfico no solo en Colombia sino en el mundo entero parece llevar a una transformación en el diseño de las tiendas y de las cadenas minoristas en los próximos años. Es claro que las necesidades y preferencias de este grupo son completamente distintas a las personas más jóvenes; sumado a su constante gasto y su completa lealtad a las marcas, el desafío de los fabricantes y minoristas estará en fidelizar a los consumidores maduros. 

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