¿Será que no hay artistas para el folclor?

Columnista Invitado

Tres episodios puntuales hacen pensar que, hasta ahora, este ha sido uno de los festivales menos folclóricos de las épocas recientes. Obviando la nefasta y confusa conclusión de sus reinados Municipal y Departamental a las 3 y a las 4:30 de la mañana, respectivamente, a raíz del pésimo sonido, hay que hablar de los criterios con que se escoge a algunos artistas centrales.

Atrás parecen quedar los años en que para amenizar una coronación, un desfile u otro componente se requería de verdaderos exponentes de la esencia de las cinco regiones nacionales, para dar paso al reguetón y la música de despecho o popular, géneros que parecen condenarnos a sepultar nuestra raíz con la complicidad de medios masivos.

Han permeado tanto que no basta con escucharlos en las busetas, en las tiendas y en las emisoras sino, también, en un desfile como el del lunes festivo, Día de San Juan, en el que la muestra de las comparsas en su encuentro con el jurado se chocaba con la presentación de Johnny Rivera, que, obviamente, levantaba más a los asistentes. Hasta ahí, pasable.

Después, en el desfile de traje de baño y la muestra folclórica para el Reinado Departamental, el género urbano era el protagonista. En un momento del acto público, ante cientos de personas, muy seguramente niños, sonaron del émulo de un artista del momento letras tan ‘profundas’ como “a ella le gusta que le den duro y se la coman”. Sobran los calificativos para esa infortunada intervención delante de inocentes beldades.

Y lo último, que hace pensar si acaso estamos tan mal de artistas nacionales que incentiven el folclor en un festival tan respetable, es la contratación de Yeison Jiménez. Claro, muchos justificarán que es talentoso y eso no se niega, y hasta insultos llegarán si se le critica, ¿pero era pertinente la música de despecho en un componente de tal relevancia?

Las comparaciones son odiosas, pero es bueno mencionar dos certámenes que seleccionan ‘con pinzas’ su nómina para que cada componente suene a lo que tiene que sonar: el Festival Nacional de la Música Colombiana, en Ibagué, y el Festival ‘Mono Núñez’, en Ginebra (Valle del Cauca). Con sus actos centrales y escenarios alternos no queda duda de que en el país hay de dónde escoger.

Esperemos. Aún falta Festival por ver y reivindicarse es la tarea de la Corporación, con los reinados Nacional e Internacional, en los que esperamos un acto central equiparable con tradiciones ya sea de Colombia o de otro país. No más de lo mismo, de lo que en nuestras radiodifusoras suena con tanta insistencia y que bien vale dejar de lado por un ratico.

P.D. Felicitaciones sinceras a tantos grupos folclóricos locales que ven en nuestro Festival la mejor plataforma para mostrar, con música y danza, lo que somos. Cordialmente bienvenidas las delegaciones y las reinas nacionales y del extranjero. A dar lo mejor y disfrutar.

Comunicador social - periodista

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