Watergate, un día como ayer

Columnista Invitado

Se cumplieron 45 años de Watergate, el escándalo originado por el espionaje a las oficinas Watergate en Washington, sede del Partido Demócrata, hecho que llevó al Washington Post a su máximo esplendor periodístico y a Richard Nixon a dimitir a la presidencia de Estados Unidos

Las investigaciones llevadas a cabo durante dos años por los periodistas del “Post”, Bob Woodward y Carl Bernstein, así como las filtraciones del entonces director adjunto del FBI, Mark Felt, conocido como garganta profunda, destaparon el mayor escándalo en la política norteamericana del Siglo XX, y cambiaron sin querer, el rumbo de la historia política de la humanidad.

Los hechos demostraron que el presidente republicano estaba implicado en actos de corrupción y era cómplice de las conversaciones grabadas desde el Despacho Oval; miembros de la CIA y funcionarios de la campaña para la reelección de Nixon, fueron acusados de robo, conspiración e intervención en las comunicaciones.

Actualmente, las conversaciones y todo el registro grabado de la Casa Blanca de Nixon, están disponibles para el público. Investigadores y académicos continúan revisando las cintas para obtener información y no dejan de sorprenderse.

Pero el legado de Watergate, continuó atormentando la política estadounidense hasta hace relativamente poco, fue sinónimo de escándalo durante décadas, tanto la cultura popular como la política se vieron inundadas de paranoia y desilusión.

A partir de entonces se acuñó la idea del periodismo como contrapoder, Watergate es símbolo de la independencia de la prensa frente al poder político y el vademécum del papel que cumplen los medios de comunicación en una democracia.

No obstante, de aquella época a esta parte, muchas cosas han cambiado, la existencia de medios alternativos como internet, las redes sociales y muchas noticias falsas que como espectadores pasivos vamos viendo, se van insertando en la sociedad.

Observamos cómo ciudadanos deshonestos, criminales en la política local, en lo judicial, en el empresariado, corrompen todo el tejido social, campean a sus anchas, sin que les pase nada. Cada día nos enfrentamos a un mundo más mediatizado donde la opinión pública se evapora en una serie de maniobras que anulan la capacidad del debate, reduciendo el sentido crítico de los ciudadanos.

La historia de Watergate y sus protagonistas deben estar presentes siempre, sirven para entender la verdadera función de los medios, también lo difícil que puede resultar, entendiendo que muchos hechos no saldrían a la luz, de no ser por periodistas valientes y comprometidos.

dicripa@yahoo.com

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