Humos autoritarios

Columnista Invitado

En Colombia uno de los objetivos más preciados es lograr salir adelante. Millones de personas han acumulado ahorros para hacerse a un apartamento, sacar a cuotas un vehículo que utilizan para trabajar o dejar atrás sus raíces para intentarlo en la capital. Ese ahorro de la clase media, que por estándares internacionales es más bien media baja, es sagrado. Es el producto del esfuerzo de años, de sacrificios, de apuestas que finalmente salieron bien después de muchos intentos fallidos.
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El fruto del esfuerzo no es solo material. El carro o el apartamento que pagamos a cuotas, la moto o el pedacito de tierra son también motivo de orgullo y parte de lo que hace que las personas se sientan útiles. Sin la ilusión de ir construyendo en un marco social y ver los resultados, el empuje del individuo para producir algo para la sociedad cae en el vacío y es reemplazado por el tedio, la modorra y la pereza.

Por eso la reacción de la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, que incumpliendo sin rubor sus promesas electorales, mandó a vender el carro a aquellos que se quejan por la restricción a su uso con la ampliación del pico y placa en la capital, es más que un desvarío del que puede deshacerse pidiendo disculpas. Es el mal más profundo de los políticos, el olvidar el bienestar de quienes los eligieron para imponer sus puntos de vista a la brava, anteponiendo su criterio al de aquellos a quienes realmente se debe.

Por su atipicidad, muchos, cuando observan regímenes como los de Cuba, Nicaragua y Venezuela, no acogen comparaciones porque les parecen salidas de lugar. Sin embargo, sea el gobernante de derecha o de izquierda, actitudes como la de la alcaldesa de Bogotá son lo más parecido a lo que caracteriza los gobiernos de esos países, donde la planeación central, el control gubernamental y el exprópiese anulan la posibilidad de emancipación de los individuos. Verdes como su partido deben estar los profesores de la prestigiosa universidad de Northwestern, donde recibió su doctorado.

Marc Eichmann

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