Las miserias de la política agraria

Columnista Invitado

Dos hechos de la semana anterior ilustran de manera significativa las penurias de los productores del agro nacional y la óptica con que las trata el gobierno del cambio.
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Por una parte el video viral que nos muestra el drama del productor de yuca regando la raíz comestible en la vía, impotente, al no lograr quien la compre.

Es la tragedia diaria de muchos que se dedican al duro trabajo de arar la tierra, sembrarla, adelantar las labores culturales del cultivo, atender los problemas de plagas, enfermedades, abonar y finalmente cosechar. 

Es una situación recurrente desde cuando quienes nos mal gobiernan decidieron adelantar la política del libre comercio, que inunda nuestras plazas de mercado y las grandes superficies de productos importados o a su amparo, de contrabando. No existe una política que planifique la producción, menos una que ofrezca garantía de compra, ni precio. Este es el principal problema del agro en Colombia.

Al mismo tiempo, la Ministra de Agricultura en asocio con la Federación de Cafeteros anunció un programa para renovación de cafetales, que no es más que una invitación a endeudarse con la promesa de aplicar un incentivo a la capitalización rural, si se cumple con todos los requisitos, lo que significa al final que se le birlará el subsidio con la excusa de la falta de un documento o cualquier otra argucia como suele ocurrirle a los pequeños productores ajenos al papeleo y a los engorrosos trámites que exigen las entidades, éstas finalmente otorgan estos beneficios a grandes empresas diestras en el diligenciamiento de estas formalidades.

Programa, además, que – incluso bien intencionado- no resuelve la necesidad de renovación de los cafetales, que envejecidos vienen reduciendo la producción y obligando a importaciones de cafés de mala calidad, e incidiendo de manera negativa en la reducción de la prima de calidad que se otorga al café colombiano en el comercio internacional.

Lo más grave es que nada dice el gobierno respecto a soluciones para el precio del café que se redujo a niveles que no atiende siquiera los costos de producción, ocasionando severas pérdidas a los productores, de tal manera que está cantada su ruina. Cafeteros con tierra, así sea poca, pero produciendo a pérdida.

Con bombos y platillos se vienen promoviendo las Asambleas Populares para adelantar la Reforma Agraria que el gobierno promueve. Nos preguntamos: ¿para producir qué? Para llevar a las ciudades productos sin valor y posiblemente sin compradores como le ocurrió al productor de yuca del video o a los paperos que otrora se ubicaron en las orillas de las vías a regalar al precio que fuera su tubérculo? ¿O leche para botar en las carreteras? Sin política agraria no hay tierra que valga.

 

Libardo Gómez Sánchez

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