Menos tecnólogos Sena en el 2024

Columnista Invitado

Preocupa el pronunciamiento hecho por el director nacional del Servicio Nacional de Aprendizaje – SENA a Noticias Uno el pasado 22 de agosto del año en curso, al afirmar que en el 2024 la institución a su cargo dejará de formar unos 100.000 colombianos dado el presupuesto que le fue asignado al Ministerio de Trabajo al cual está adscrito el Sena. 
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En otras palabras, serán menos jóvenes con oportunidad de formarse para el mercado laboral. Considero que es la consecuencia de la eliminación de los parafiscales por parte del Congreso en el gobierno del presidente Juan Manuel Santos, quien sostuvo que ello contribuiría a que los empresarios crearan más empresas y por ende más puestos de trabajo, sin sopesar que se debilitaba el Sena presupuestalmente.  

El Sena antes de tan nefasta decisión contaba con autonomía e independencia presupuestal dado que su presupuesto se construía con el 2 % que toda empresa cancelaba en virtud al costo de su nómina. Ello le permitía a la institución cumplir con su misión, como es ofertar formación para el trabajo de calidad, pertinente y gratuita, además le permitía realizar mantenimiento a su infraestructura física, construir nuevas sedes, dotarlas y colocarlas en funcionamiento en los municipios que así lo requerían, es decir cada vez ampliaba su cobertura. 

Igualmente, le permitió mantener el liderazgo tecnológico con el fin de formar aprendices idóneos con capacidad de enfrentarse con éxito a la tecnología de punta existente en las empresas. Además, le permitía realizar investigación aplicada para el sector empresarial. Recordemos que una de las improntas de la formación Sena es “se aprende haciendo”. Al eliminarse los parafiscales, el presupuesto de la institución pasó a depender de la buena voluntad y del lobby que se haga en el Congreso de la República. 

Quisiera conocer cuántas empresas nuevas y cuántos nuevos puestos de trabajo han surgido a partir de la eliminación de los parafiscales. Sin temor a equivocarme, estoy seguro que la proporción no es relevante. En cambio, se atenuó el desarrollo institucional y se le puso a mendigar presupuesto, acrecentando con ello la politiquería al interior de la misma ya que quienes coadyuvan a la aprobación del mismo, exigen retribución por ese apoyo. 

Triste que la única institución que por más de 65 años ha ofrecido formación para el trabajo de calidad, pertinente y gratuita a la población menos favorecida económicamente del país tenga que enfrentar esta situación. La pregunta aquí es, ¿Cómo lograr mayor número de colombianos formados, con menos recursos? ¿Cómo satisfacer las expectativas de los empresarios en cuanto al nivel de formación de los egresados del Sena cuando no se asigna el presupuesto necesario?

Ante esta situación considero pertinente describir lo que se logró gestionar y realizar en el Sena Tolima cuando estuve como director regional y cuando aún se contaba con parafiscales, todo con el fin de ampliar la cobertura y atender las solicitudes del empresariado de la región. 

Se logró la construcción y dotación del Centro de Industria y la Construcción cuyo lote fue donado por la alcaldía de Ibagué, la construcción y dotación de la Escuela Gastronómica de Melgar con el apoyo de la Gobernación del Tolima y la alcaldía de Melgar, la construcción y dotación del Tecno Parque “La Granja” con apoyo de la Gobernación del Tolima, la construcción y dotación de la Tecno academia del Centro de Industria, la construcción del edificio Ibanasca  y del edificio de aulas para el Centro de Comercio y Servicios al interior de la Sede Regional, la construcción y dotación de la Unidad de agroindustria del Centro Agropecuario, la construcción y dotación del Casino para aprendices y funcionarios de dicho Centro. Se logró modernizar el Coliseo, el auditorio regional, el área de servicio médico, el área administrativa de la regional, además se pudo realizar mantenimiento a la infraestructura de la regional.

Vuelvo y repito es triste que sea la clase menos favorecida la que vaya a pagar los platos rotos por la falta de presupuesto. Aquí si cabe el adagio popular “toda época pasada fue mejor”. Espero que la preocupación dada a conocer por la Dirección nacional no sea cierta. 

 

FÉLIX RAMÓN TRIANA GAITÁN

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