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Dentro de este contexto han sido muchos los individuos y familias afectados de diferentes maneras y cada vez que llega un presidente al poder, inicia alguna acción contra ello, ya sea conciliadora con un proceso de paz, de cese al fuego o más agresiva como acciones militares de choque.
Sin embargo, en este mandato la actitud pacífica es increíble, hemos llegado al punto de tener, en menos de 30 días, 19 atentados terroristas en diferentes lugares del país, con lo que ello representa en pérdida de vidas y daños a la comunidad.
Pero más allá de los atentados terroristas hay que ver el trasfondo y es un gobierno que por intermedio de un ministro le quitan capacidad a las fuerzas militares y solo hasta cuando hay temas mediáticos de alto impacto, actúan.
Para quienes superan los 30 años de edad deben recordar claramente las pescas milagrosas, los retenes ilegales, los secuestros masivos, las masacres, los cilindros bomba, las vacunas, entre muchos otros temas que vivimos décadas atrás y que están volviendo a regresar. Acá es donde hay que actuar y no dejar que las propuestas he iniciativas que polarizan el país, que utilizan a las clases menos favorecidas como instrumento para popularizar sus discursos y que premian al delincuente avancen.
Necesita acción y decisión, actuar contra la delincuencia y lograr que opere la justicia porque, de lo contrario, en menos de un año vamos a estar nuevamente secuestrados en nuestras casas, al control de la delincuencia y con un país parado en su desarrollo.
Pensemos bien: ¿esto es lo que queremos para Colombia?
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