Hace unos días compartí en mis redes sociales, con el fin de conocer opiniones, un meme de una conversación entre el ex presidente Pedro Castillo y el presidente Gustavo Petro, en la cual el primero decía: “Voy a disolver el congreso” y Petro le contestaba: “Mejor cómprelo como yo”.
En Netflix hay un documental que se llama: “Como se convirtieron en tiranos”. Con ejemplos históricos de la vida real, presenta el típico manual para lograr el poder absoluto.
Raúl Prebish llegó a ser una especie de ídolo latinoamericano, condición escasa para un economista. Hoy Tomás Piketty sigue sus pasos de fama, aunque por supuesto más moderno y de mente más abierta. Nacido en la cuna de la independencia Argentina, fallecido en Chile en los ochenta, Prebish fue el máximo teórico del llamado desarrollismo que cautivó a América Latina y especialmente al Cono Sur en la segunda mitad del siglo XX.
El 10 de noviembre de 2001 se jugó el partido de despedida de Diego Armando Maradona, para muchos el mejor jugador de fútbol de los últimos tiempos. Al terminar el encuentro, el exfutbolista tomó el micrófono y pronunció un emotivo discurso en el que aceptó sus errores y defendió al fútbol como deporte y como espectáculo: “El fútbol es el deporte más lindo y más sano del mundo. Porque se equivoque uno, no tiene que pagar el fútbol. Yo me equivoqué y pagué, pero la pelota no se mancha”.
En un país del culto a la figura de “obedézcase, pero no se cumpla”, con facilidad un Plan Nacional de Desarrollo (PND) termina siendo irrelevante. En cualquier caso, el Departamento Nacional de Planeación (DNP) gozaba de crédito por su capacidad técnica. Hoy eso ha cambiado. Ya ni siquiera es capaz de hacer una inteligible introducción al borrador de las Bases del Plan Nacional de Desarrollo o lo confunde con una desiderata ambiental, social o etnológica.
Los ritmos autóctonos le han dado reconocimiento y prestigio a la ciudad musical de América, gracias a eventos como el Festival Folclórico Colombiano, el Festival de la Música Colombiana, el Ibagué Festival, el Ibagué Góspel y el Ibagué Ciudad Rock, entre otras manifestaciones culturales que se desarrollan a lo largo del año.
El envío de más de 400 militares al Putumayo debido a una matanza entre facciones residuales de las Farc y otros grupos delincuenciales muestra que, en buena parte, el ejército sigue siendo empleado como una fuerza “apaga incendios”. De esta forma cuando se perciba que el incendio se apagó, aunque no se haya extinguido totalmente, probablemente esa misma tropa será enviada a apagar otro que se presente en alguno de los varios territorios donde el imperio de la ley y el orden suena a utopía.