Un libro o un hijo en Locópolis
Por alguna extraña razón, me agrada caminar por la carrera Séptima de Locópolis. Es una misteriosa combinación de un pasajero sosiego de las tensiones cotidianas con la sensación de igualdad que induce el anarquismo del centro de la ciudad. Allí es posible encontrar ‘almacenes ambulantes’, mientras decenas de locales se arriendan o se venden. Avisos que se repiten por toda la ciudad como una confesión entre el atolladero económico y la desesperanza.