No más improvisaciones
Todo indica que con preguntas como ¿Cuál es la agenda de la ciudad? de Camilo Ernesto Ossa B. y ¿Hacia dónde va Ibagué? de Jaime Eduardo Reyes, publicadas el 15 y 22 de agosto del año en curso en El Nuevo Día como columnas, se convalida la tesis del escritor tolimense William Ospina, quien sostiene que “el Estado colombiano no planifica, no prevé, no diseña y mucho menos controla”, lo que hace que las ciudades lleguen al caos. Si esto es cierto la pregunta es: ¿De qué sirven los desarrollos teóricos sobre “planeación de ciudad” y “desarrollo del territorio” que se exponen en los ambientes universitarios? ¿De qué sirve la alianza Universidad–Estado, si este último poco o nada le interesa lo que desarrolla la primera?