No debe quedar impune
Lo ocurrido en Tierralta (Córdoba), cuando militares disfrazados de miembros de organizaciones subversivas amenazaron, ofendieron, maltrataron y retuvieron a habitantes de la población -incluidas mujeres y niños-, sin motivo alguno y para amedrentar, es algo que, por su gravedad, debe alertar al Gobierno Nacional, a la Fiscalía, a la Procuraduría, a la Defensoría del Pueblo y a todas las autoridades.