¿Hambruna a la vista?

Hugo Patarroyo Murillo

Los columnistas de los periódicos, en muchas ocasiones escribimos “cosas” que, antes de pretender convertirnos en “aves de mal agüero”, lo que procuramos es alertar, “campanear”, avisar oportunamente, sobre acontecimientos que, se pueden llegar a dar y, todo ello, con el propósito que se tomen medidas oportunas que mitiguen en parte, una situación que puede llegar a ser, un tanto difícil. Incluso…. en muchas ocasiones  pensamos que, “Dios quiera que no se den” esas circunstancias.
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La coyuntura que se vislumbra a mediano y, tal vez a corto plazo, es la de la escasez de alimentos en nuestro país. Ni más ni menos. Un  país como el nuestro, con esa gran riqueza que acogemos en nuestras fronteras, se puede ver enfrentado a una  insuficiencia de alimentos que, no se sabe, hasta adonde pueda llegar.
Ya lo venía advirtiendo desde hace años,  Jorge Enrique Robledo: de lo nefastos que eran para la economía de la Nación, los famosos Tratados de Libre Comercio (TLC), en los que, sobre todo, el sector agropecuario de nuestro país, (o sea, el de la “comidita”) era, el que más iba a “llevar del bulto”. Hoy en día, por innumerables factores internacionales: conflicto Ucrania, gran productor mundial de cereales, alza del dólar y el consecuente incremento en el precio de los importados insumos para la agricultura, los nubarrones de recesión en la economía del mundo,  etc., etc., los connacionales nos vemos abocados a lo que Robledo Castillo ha definido como “el crimen de la destrucción de la seguridad alimentaria en Colombia”. Indudable que, otro escenario tendríamos si, hasta el día de hoy, no se hubieran importado poco más de los 14 millones de toneladas de alimentos, no se hubieran “esfumado” muchos de los recursos que iban para el campesinado de nuestro país que, “a la larga” son los verdaderos productores de la variedad de alimentos que tenemos y, adicionalmente, existiera una verdadera  planeación Estatal, que previera “imprevistos”, como los que  vinieron a acontecer.

Lo más curioso de todo esto, es la inconciencia de los ladrones, de los salteadores, de “los piratas” de agua dulce (como muy bien lo definiera en anterior columna, el abogado Guillermo Pérez Flórez) quienes, buscan quedarse con “jirones de Estado”, como también muy acertadamente, lo mencionara en destacados medios nacionales, el notable jurisconsulto Alfonso Gómez Méndez. Muy seguramente, están pensando que, a ellos, a los “ladrones de cuello blanco”, la penuria no los va a tocar. 

Y…. a propósito, ¿qué pasa con las averiguaciones sobre la platica de los Ocad Paz ? ¿De los recursos para los municipios Pdet, en el Tolima?  ¿Será que el brazo les alcanza para “engavetar” nuevamente las investigaciones ?

Adendo: una frase del famoso escritor argentino Jorge Luis Borges (1899 – 1986 ) que, nos cae como anillo al dedo, por estos días : “Hay comunistas que sostienen que, ser anticomunista, es ser fascista. Esto es, tan incomprensible como decir que no ser Católico, es ser Mormón”.

Hugo Patarroyo Murillo

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