“Amenaza de guerra en la frontera"

Manuel José Álvarez Didyme

Como si la actual circunstancia, nacida de la diseminación universal del coronavirus fuese poca cosa, dada la gravedad alcanzada en las diversas latitudes, según los servicios de inteligencia norteamericanos, Venezuela pretende utilizarla para aprovecharse de ella como factor de utilidad  para incrementar sus envíos de cocaína  al país del norte y presentar ante la opinión universal el rechazo y la censura  de tal acción por parte de la potencia, como una retaliación política contra el presidente Maduro y los miembros de su gobierno, disfrazada como una acción contra el narcotráfico, el lavado de dinero y el terrorismo, pese a tener un complejo y innegable trasfondo político.
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A tan contundente denuncio, el Presidente norteamericano, para darle más contundencia a sus afirmaciones , acompañó la posición ya asumida de ofrecer una millonaria recompensa por la captura de Maduro y sus secuaces, con el despliegue de una gigantesca movilización de patrullas de vigilancia de la Guardia Costera, helicópteros, aviones de la Fuerza aérea, destructores navales, y barcos de combate, a lo que el afectado Maduro vino a ripostar diciendo que el señor Trump está utilizando esta operación como un factor de distracción de la emergencia sanitaria que afronta Norteamérica, pero que no teme y que su país se encuentra listo para hacerle frente a cualquier “agresión imperialista”.

Grave y delicada circunstancia que coloca a la región ante una amenaza que se añade a los devastadores efectos económicos y sociales de la pandemia, con impredecibles consecuencias, sobre todo para Colombia y su futuro desenvolvimiento, dada la importancia que para nuestra economía tienen los países en confrontación.

Tan evidente circunstancia impone que Colombia, de cara al futuro, desempeñe un papel mediador, e invoque, como en otros tiempos, la “solidaridad continental” como elemento integrador y medio para superar estos factores de perturbación americana, aspirando que cuando retorne la normalidad y con ella la tranquilidad y el sosiego al planeta, se nos valore, como una positiva actuación que en mucho contribuyó a alcanzar la paz requerida en toda recuperación.

MANUEL JOSÉ ÁLVAREZ DIDYME-DOME

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