La manzana de Jobs

Guillermo Pérez Flórez

Esta semana la compañía que fundara Steve Jobs, cuyo distintivo es una manzana mordida, reveló que había obtenido beneficios por 53 mil 840 millones de dólares en el último ejercicio fiscal. Son ganancias jamás obtenidas por empresa alguna en la historia, superan las de ExxonMobil en 2008, cuando batió todos los récords gracias a los altos precios del petróleo.

Pero qué tanto son 53 mil 840 millones de dólares. Baste con saber que esta suma es superior al Producto Interno Bruto (PIB) individual de 110 países. Con ese dinero se podría comprar a todo Uruguay; es más dinero del que necesita Grecia para salir de su crisis; más que el valor total del banco Bbva, y más que las utilidades anuales de Microsoft y Google juntas.

Cómo ha sido posible esto. Básicamente con tres cosas: innovación, productos de calidad y maximizando la globalización. Según iSuppli, una compañía californiana de investigación de mercados, el coste total de los componentes de un iPhone, cuyo precio ronda los 650 dólares, es de 187 dólares. Lo más barato es la fabricación, afirma, que se realiza en el sur de China, donde los trabajadores ganan menos de un dólar la hora. Si se vendieran a mitad de precio todavía ganarían millones de dólares. Apple tiene 47 mil empleados en todo el mundo, de ellos 30 mil en EE.UU. y ninguno en plantas de montaje. En China, quienes ensamblan los celulares, ordenadores y tabletas son contratados por Foxconn, empresa taiwanesa en la que trabajan un millón de personas, 250 mil para Apple. Hace unos años, Barack Obama le preguntó a Jobs qué haría falta para que los iPhone se fabricaran en EE.UU., y este le contestó: “cambiar toda la estructura económica mundial”. Y lo decía no solo por los costes de mano de obra no calificada. En 2009 o 2010, cuando Apple rediseñó el iPhone, su fabricante taiwanés pudo contratar ocho mil 700 ingenieros en 15 días, en EE.UU. hubiera tardado nueve meses.

¿Cuántos ingenieros de sistemas tiene Colombia? El exministro de las TICs, Diego Molano, se quejó siempre del déficit de informáticos que tiene el país. Es natural. Hay más facultades de derecho que de ingeniería. ¿Puede Colombia, y sus empresas, competir en la escena global sin hacer fuertes inversiones en educación? La respuesta es ¡NO! Nuestra participación será siempre residual. Estaremos condenados a la venta de materias primas.

Ahora bien, estas historias de éxito tienen sus lados oscuros. Además de salarios miserables en algunos países, está también la evasión fiscal. Gracias a expertos tributarios y vacíos legales casi no pagan impuestos. En 2011 Australia se quejó de que Google a pesar de tener una facturación de 200 millones de dólares reportara pérdidas por 3.9 millones, razón por la cual pagó en impuestos ridículos 74 mil dólares. El truco está en perder dinero en donde la tributación es alta, y en ganarlo en donde es baja. La globalización neoliberal (con adjetivo, porque hay otra clase de globalización) está mostrando su verdadero rostro, como lo indica la manzana de Jobs. El mundo de mega-corporaciones difíciles de controlar.

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