Subsidio a los precios o diversificación, un dilema de la política cafetera

No hay en nuestro país un solo colombiano que desconozca la importancia de los cafeteros, durante décadas lideraron el crecimiento económico de muchos departamentos, bajo su tutela se construyó capital social, han sido ejemplo de organización rural, nos han dado reconocimiento internacional, entre muchas otras cosas.

Ser colombiano es sinónimo de ser cafetero, de eso dan fe 500 mil familias, en el Tolima 50 mil. Y como si eso no bastara en el mundo se nos reconoce como tal así seamos el tercer o cuarto productor del grano, inclusive en el mundo del fútbol a la selección Colombia se le dice la cafetera.

Por esto el apoyo popular que tienen los productores de café es mayoritario, todos los encuestados durante estos días de paro cafetero han apoyado los reclamos de los organizadores de este, aunque muchos no comparten las vías de hecho que estos han adoptado para hacerse sentir.

No hay duda que la crisis cafetera es una crisis de todo el país, de eso es consciente el pueblo y el gobierno, no solo de ahora sino desde cuando se acabó el pacto del café, se dio la apertura económica y se eliminó el precio mínimo de sustentación.

La estrategia que la Federación Nacional diseñó y ha implementado para la renovación y diversificación ha contado con el apoyo presupuestal permanentemente del Gobierno nacional y en ocasiones de los departamentos. Por esta razón, la primera reacción del Gobierno y la Federación fue calificar al paro de injusto, inconveniente e innecesario.

La crisis del sector pareciera ahondarse institucionalmente con la solicitud de renuncia al Gerente de la Federación Nacional de Cafeteros Luis Genaro Muñoz por parte de los líderes del paro.

El problema es estructural; el sector cafetero es afectado por el cambio climático que está corriendo la frontera agrícola, acabando las fuente de agua, afectando los suelos; la revaluación le está pegando directamente a los precios de un sector eminentemente exportador; los altos costos de producción y las bajas economías de escala disminuyen las ganancias; y han aparecido nuevos países productores que han incrementado los volúmenes de oferta a menores precios.

Los organizadores del paro están pidiendo un precio mínimo de sustentación para lo cual el presidente Santos ya propuso un incremento adicional del apoyo cafetero focalizado en pequeños cultivadores. Estos dos temas están bien, ayudarán en el corto plazo a resolver la coyuntura sin embargo el subsidio al precio es como ponerle rodajas de papa en la frente a alguien que padece una infección, disminuye la fiebre pero no le quita la infección al enfermo.

Si de verdad se quiere solucionar el problema, la Federación y el Ministerio de Agricultura deberán ser osados y proponer una política de desarrollo rural que entienda que la mayoría de los productores de café son familias campesinas, que el negocio para el país ya no es únicamente la producción de café y las tiendas Juan Valdez, y no se participa del negocio de la torrefacción.

Se debe repensar la estrategia de la diversificación y complementarla con otras actividades rurales que incremente el ingreso campesino.   

Credito
JAIME EDUARDO REYES

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