¿Comenzó el fin de los combustibles fósiles?

Jaime Eduardo Reyes

Marginales y breves, así podrían catalogarse las notas publicadas en los medios de comunicación colombianos sobre el acuerdo climático logrado en París.

Un tema tan importante para el futuro del planeta aún no logra convertirse en un tema de real interés nacional y mucho menos local, tal vez, porque es de esos problemas que la gente espera se resuelvan solos o porque equivocadamente se cree que las tareas individuales no aportan mayoritariamente a su solución si primero no se ponen de acuerdo las grandes naciones.

En nuestro caso tuvo más notas la eliminación de la Visa para ir a Europa.

Tras 20 años de intentos, 195 países firmaron un pacto que busca evitar un aumento de 2ºC.

Hoy los países han comprendido que el cambio climático no entiende de fronteras, el calentamiento global afecta a todos por igual. Las causas están alrededor de todo el planeta. Los ciudadanos debemos apropiarnos de ese hecho.

El cambio climático tiene sus causas en todos los países, pero mayoritariamente en los países en vías de desarrollo. En la actualidad, los países desarrollados causan el 35% del total de emisiones y los países en desarrollo generan el 65% de las emisiones. Y adivinen, los países somos nosotros, seres humanos que lo integramos.

El Acuerdo de París sustituye al Protocolo de Kioto (1997), que expiró en 2012, mismo año en que, en Doha, los países desarrollados admitieron su responsabilidad por la mayor parte de las emisiones de gases con efecto invernadero acumuladas hasta aquella fecha. El nuevo Acuerdo reemplazará a partir de 2020 al actual Protocolo de Kioto y sienta las bases para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y un mundo sin combustibles fósiles.

El acuerdo de París es vinculante, aunque las obligaciones concretas mantienen la filosofía del acuerdo de Kioto. Los países desarrollados se comprometen a reducir emisiones, a los otros se les incita a hacerlo.

En cuanto a la ayuda económica, los apoyos directos desaparecieron y solo queda una exhortación genérica a los países más prósperos para que faciliten la financiación, tema difícil con los actuales problemas económicos en el mundo.

Un acierto, es que los países deberán presentar unas metas quinquenales, las cuales deberán ser cada vez más exigentes que las anteriores y dar cuenta de su cumplimiento. Con lo expresado por el presidente Santos bien vale la pena que las metas de Colombia sean realmente exigentes.

América Latina está aportando positivamente a cumplir la tarea; “México es el primer país en desarrollo con una legislación climática integral, y se autoimpuso una meta legalmente vinculante de reducciones al carbono. Chile es el único de Suramérica que introdujo un impuesto al carbono. Y Colombia es el primer país que genera un sistema de evaluación de su adaptación al cambio climático con indicadores”.

Así las cosas, es hora de hacer nuestro aporte, tanto individual como colectivo. Llegó la hora de que la era de los combustibles fósiles termine. Todos podemos aportar para ello, reflexiona sobre cómo podrías hacerlo.

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