Los empresarios bravos, la gente molesta y el hueco ahí

Jaime Eduardo Reyes

Rajado por la opinión pública, por los analistas y hasta por sus propios compañeros terminaron el Ministro de Hacienda y su reforma tributaria. Y con él, rajados quedaron el Congreso y el Gobierno nacional.

De todos los comentarios y análisis que sobre la iniciativa se han hecho el que mejor resume esta novela es el hecho por el exministro de hacienda Juan Camilo Restrepo a través de su cuenta de Twitter: “Con la reforma tributaria 2016 los empresarios quedaron bravos, la gente molesta con el IVA y las cuentas parece que no cuadran”.

Y es que finalmente, la reforma tributaria, defendida por el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, por ser estructural y la última de su especie, terminó siendo regresiva en lugar de estructural y desde ya los expertos anuncian que en 2019 el Gobierno nacional deberá presentar otra. El resultado es que taparon alguna parte del hueco fiscal para los próximos dos años y le cumplieron a las agencias de riesgo, dejándole la tarea al próximo gobierno.

Las cuentas para cubrir el déficit fiscal no cuadran porque solamente se recaudará 6.5 billones de pesos y la caída de los precios del petróleo abrió un hueco de 24 billones. En otras palabras, el hueco fiscal sigue ahí. Las expectativas de recaudo son más preocupantes cuando se conoce que el solo déficit presupuestal del sector salud para 2017 es de 5,5 billones y la deuda de hospitales y clínicas supera los 7 billones de pesos.

Con estas cifras está en duda el financiamiento del postconflicto, además porque no se sabe cuánto dinero estará destinado a los programas de este.

De otro lado, la promesa de que esta reforma haría de Colombia un país competitivo no se cumplirá, en palabras de Bruce Mac Master, presidente de la Andi, al indicar que “se perdió la oportunidad que habíamos estado esperando por dos años de una reforma tributaria estructural para mejorar la competitividad del país”.

Los temas que hacían la reforma estructural y que quedaron por fuera fueron la reestructuración de la Dian y las herramientas para el control de la evasión mediante el aumento de la base gravable, la eliminación de exenciones tributarias y los regímenes especiales en zonas francas, los impuestos a los dividendos de personas jurídicas, el fortalecimiento de las finanzas locales y departamentales, en fin, muchas de las propuestas que hacían estructural la reforma no se aprobaron.

El peor efecto de esta reforma es que la desigualdad en Colombia no va a ceder y la inequidad va a seguir estando entre las mayores de mundo, se aumentará el índice de Gini, pasando de 0,52 a 0,525 el próximo año. La reforma tributaria aprobada es regresiva, porque el 60 por ciento de lo recaudado se hará mediante el impuesto del IVA, un impuesto inequitativo, ya que los pobres y los ricos pagan lo mismo.

Finalmente vale la pena advertir que para que evitar un aumento del IVA en la próxima reforma se debe trabajar en combatir la corrupción y la evasión.

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