Diálogos de paz: actitud positiva, espíritu creativo y pragmático

Jaime Eduardo Reyes

El pasado martes se instaló en Quito oficialmente la fase pública de diálogos de paz con el ELN. Esta negociación se realizará en plena campaña electoral por lo que seguramente hará parte de la agenda de debate político. Y aunque según la última encuesta publicada en Colombia un poco mas del 61 por ciento no cree en las intenciones de este grupo guerrillero de alcanzar la paz, la experiencia obtenida con el acuerdo entre las Farc y el Gobierno es que sí se puede hacer.

El Ejército de Liberación Nacional es la ultima guerrilla activa en Colombia y aunque durante los últimos años ha estado relegada, la verdad es que se necesita silenciar todos los fusiles que atentan contra la sociedad, el Estado y la democracia, se cree que los guerrilleros del ELN podrían ser unos mil 500.

Las encuestas también le dice al ELN que el pueblo colombiano no se siente representado en ellos por lo que debieran retomar los aprendizajes y oportunidades que ganaron las Farc negociando un acuerdo de paz. Aunque el ELN crea que son los mediadores de la sociedad en la búsqueda de la paz, la verdad es que ellos son actores violentos que no representan al pueblo colombiano.

Los principios sobre los cuales girarán los diálogos son complejos y generales en particular el que denominan transformaciones para la paz. Los demás principios a estas alturas son mucho más comprensibles para la opinión publica: participación civil, democracia para la paz, seguridad para la paz, víctimas y garantías para la participación política. La opinión pública y el pueblo colombiano le está reclamado al equipo negociador en cabeza del exministro Juan Camilo Restrepo que esta negociación logre lo más pronto posible el cese bilateral al fuego; el ataque contra la infraestructura petrolera y la minería ilegal; el secuestro; el clientelismo armado; y la liberación de niños combatientes.

Para este proceso se espera que la sociedad no crea en él y es muy probable que un sector político de la sociedad aproveche esta situación para hacer campaña, sin embargo, al igual que para la pasada negociación con las Farc, esto será un reto del equipo negociador y del Gobierno nacional. Vale la pena resaltar que la oposición y crítica al proceso será importante para obtener un buen y consensuado acuerdo.

Una amenaza para el posible acuerdo es la finalización del periodo presidencial de Juan Manuel Santos, a éste le queda un poco más de año y medio, tiempo relativamente corto si se compara con el usado con las Farc y con la generalidad de los temas de la agenda.

Por ahora es importante recibir con entusiasmo el inicio de estos diálogos de paz y acompañarlo críticamente con la esperanza que se logre un buen acuerdo de paz. Vale la pena saludar el criterio anunciado por Juan Camilo Restrepo con el que llega el Gobierno nacional a la mesa: “actitud positiva, espíritu creativo y pragmático”. Debiéramos los colombianos contagiarnos de éste.

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