De los 100

Nelson Germán Sánchez

La semana pasada fue de balances y de medir a los mandatarios. Un ejercicio que lleva muchos años haciéndose en el país y el mundo.

Antes de cualquier comentario es necesario decir que a los mandatarios tanto departamental como municipal hay que darles tiempo, esto apenas comienza. Cabe recordar que en una encuesta al Alcalde Jaramillo le fue mal y en otra lo designaron como el tercer mejor mandatario del país; y al Gobernador no le fue bien en ninguna de las mediciones. Pero las encuestas son una foto, y los dos pueden mejorar mucho más su desempeño ante la opinión.

Se debe llamar a la calma y no caerle tan duro al Gobernador, por ejemplo, porque comenzó mal su imagen en el arranque, y en otras mediciones de medios regionales como EL NUEVO DÍA, la gente cree que lo está haciendo muy mal o muy bien, es decir, hay una radicalización sobre su figura, que es entendible producto de la apretada victoria electoral que tuvo sobre su contendor.

Varios de quienes lo acompañan en el ejercicio administrativo hacían un análisis sobre esa mala percepción ciudadana sobre el mandatario y su Gobernación, y que la gente siente que el Gobierno no arranca, pese a las ganas del mandatario. Paciencia.

En el caso del mandatario local, aunque bien calificado en una encuesta nacional y mal en la otra, es también un indicador a analizar por lo contradictoria de la misma, pero no un signo de alerta roja todavía. Tal vez un llamado al análisis y también a recomponer acciones y equipo.

No es motivo para encender esas disputas por redes sociales entre amigos y enemigos de Jaramillo o entre derecha o izquierda como otros lo dejaron ver, a propósito de las 100 días del Alcalde.

Podría era uno aventurarse a decir que seguramente, estarán ellos haciendo sus propios análisis y que cambios vendrán. Estarán pensando en conseguir gente con más peso académico e intelectual, mayor capacidad de trabajo, con sentido social y responsabilidad a hora que se viene la ejecución de los planes de desarrollo.

Tal vez, en el caso de Jaramillo estuvo precedido de la imagen mediática nacional de haber sido el mejor funcionario de la administración Petro, según los medios nacionales, pese al desastre que fue para la opinión pública bogotana dicho gobierno.

Además, su novedad en la función pública local, lo favorece. Igualmente, que es sobre él que se recarga la figura de la administración. Las pujas entre su equipo joven y sus viejos camarillas que lo acompañan, así como la clase política que tiene tras bambalinas, como el movimiento de su hermano, han sabido manejarse a la sombra sin hacerse muy notorios.

Así mismo, la lucha frontal contra la pereza y apatía -que como imagen de la Alcaldía había dejado sembrada la pasada administración-, la denuncia permanente sobre presuntos actos de corrupción, le dieron réditos. A más del manejo acertado de redes sociales que ha mantenido.

En cambio a los dos parece ya no darles resultado el apelar a ser trabajadores o par de mulas como alguien los llamó recientemente, porque hay mucha gente en la ciudad como conductores, tenderos, comerciantes, docentes, personas del sector público, que dicen abiertamente que trabajan más que ellos y ven más el que trabajen como parte de su responsabilidad, que como un compromiso con la ciudadanía. Por tanto, por ahí no es.Tampoco el ir a los barrios, veredas, corregimientos, zonas apartadas,  les ha resultado mucho, porque la gente ya asume que ello es parte de lo que deben hacer, de sus tareas, por tanto, ahí no hay ninguna novedad ni impacto. O bueno de pronto ha resultado más en Ibagué que en el Tolima, porque se decía que el anterior mandatario local iba poco a los barrios y mantenía más en los clubes de golf. 

Seguramente tendrán que apostar por temas realmente novedosos en la agenda local y regional, impulsar megraproyectos, implementar recursos tecnológicos de Gobierno, eventos especiales, apuestas emprendedoras por el campo y el medio ambiente, mejorar notoriamente los tiempos de servicios educativos y de salud, así como la movilidad vial,  buscar referencias positivas de medios y líderes de opinión sobre la ciudad y el departamento, debe ser parte del rediseño gubernativo. 

Por último, creo que lo importante no es que a ellos les midan su popularidad, si no si la gente les cree o no, si los resultados de la gestión son palpables, porque ello sí transforma positivamente la vida de quienes habitan la ciudad y el departamento.

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