Un mensaje que las Farc se niegan a entender

Lamentablemente, la incapacidad de esa organización ilegal armada de comprender la realidad nacional quedó en evidencia una vez más ayer, a pocas horas de conocerse el resultado del plebiscito.

El mensaje que el triunfo del No en el plebiscito les envía a las Farc es fuerte y contundente pero sobre todo, muy claro. Es, además, una comunicación que la ciudadanía le ha remitido a esa guerrilla en innumerables oportunidades de muy variadas maneras.

Y es muy sencilla: La mayoría de los colombianos detestan a las Farc y no está dispuesta, luego de décadas de violencia, atropellos, secuestros, crueldades y desenfrenos por parte de esa agrupación ilegal, a permitir que pacte con el Estado una desmovilización sin pagar unos castigos mínimos por lo que ha hecho.

Lamentablemente, la incapacidad de esa organización ilegal armada de comprender la realidad nacional quedó en evidencia una vez más ayer, a pocas horas de conocerse el resultado del plebiscito, cuando su jefe máximo Rodrigo Londoño Echeverri, alias ‘Timochenko’, afirmó que la mayoría de la población no votó debido a que “sentía que era respaldar una política económica y social, que tal vez no los interpreta”.

Sobre el tema, resulta muy difícil encontrar palabras en el idioma español para describir lo equivocado que una vez más está alias Timochenko.

Este país, hay que insistir hasta el cansancio, rechaza a las Farc en todas sus facetas, luego de que durante 52 años lo ha sometido a una guerra estéril con todas sus nefastas consecuencias. Y ha persistido en hacerlo, aún cuando es consciente de que no tiene posibilidad alguna de triunfo.

Es más, Timochenko y su Secretariado no han querido aceptar que en Colombia predomina la derecha precisamente por las décadas de abusos, vejaciones y sufrimiento a los que ha sometido a esta sociedad.

A las solicitudes de paz, a las marchas por detener el secuestro, a las súplicas para devolver a los soldados, a los procesos fallidos que incluyeron el despeje de miles de kilómetros cuadrados en El Caguán, las Farc siempre respondieron con prepotencia y desprecio.

Una prepotencia y un desprecio que ayer una vez más se pudieron entrever con la reacción de alias Timochenko frente al balance del plebiscito.

Tanto las Farc como el Gobierno nacional han manifestado que continuarán con sus esfuerzos para lograr la paz, pero no es necesario ser sociólogo experto en la materia para saber que si esa guerrilla no cambia diametralmente su actitud y su interpretación de los que es la nación hoy en día, la verdad es que no se puede ser muy optimista.

EL NUEVO DÍA IBAGUÉ

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