El registrador lo hizo de nuevo…

Columnista Invitado

Estado civil y registro civil son dos caras de la misma moneda. El primero es la situación jurídica de una persona en la familia y en la sociedad desde que nace hasta el día en que sobreviene su muerte.
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El registro civil es el sistema que permite conocer y demostrar el estado civil. Por estos días, desde que el Registrador Nacional del Estado Civil anunció que la expedición del registro civil de nacimiento digital era una realidad, el tema ha dado mucho de qué hablar; en especial por las observaciones que dieron a conocer los notarios. Y aunque algunos trataron de minimizarlo, el debate es más serio y profundo de lo que aparenta porque involucra valores y principios superiores relacionados con la publicidad, la autenticidad y la seguridad jurídica que demandan que la información que refleje el registro civil sea veraz, fidedigna y acorde con la realidad. 

No hay que perder de vista que el estado civil es dinámico; que durante la existencia de una persona son muchas las circunstancias que lo alteran o modifican y que esos cambios quedan contenidos en las notas que el encargado del registro civil pone al margen del folio en que se inscribirse el nacimiento. Así, con esa sencillez, funciona el sistema. Lo particular del caso, es que las copias digitales que comenzó a expedir la Registraduría no las contienen. Por eso la principal preocupación de los notarios radica en las implicaciones que un documento en esas condiciones pueda llegar a generar en el tráfico jurídico. No es la única.

A finales de abril registrador y notarios suscribieron un convenio de cooperación para continuar con el proceso de transformación digital del registro civil y, léase bien, implementar una solución tecnológica para que las copias digitales de esos documentos, como debe ser, incluyan las notas marginales. La semana pasada, a raíz de la controversia que se generó, volvieron a reunirse y coincidieron en que los documentos que se expidan para acreditar el estado civil deben incluir toda la información necesaria. Pero el registrador otra vez se escachó. Presionado porque su periodo está a punto de terminar, quizás enredado en la organización de las elecciones de octubre, anunció la iniciativa sin analizar las consecuencias. ¡Fatal!

(Advierto que desde hace tiempo estoy vinculado profesionalmente con el sector notarial. Por el tema tratado, el periódico y los lectores deben saberlo).


Abogado

Manuel de Jesús Rodríguez

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