“Pueblo con poca memoria”, han gritado muchos en el escenario público y político, habida cuenta que rápidamente y por el consumo masivo de malas noticias en nuestro país y en nuestro departamento, estas se van consumiendo y olvidando. Importante entonces recordar hechos gravosos que atentaron contra el patrimonio público, académico y social de nuestra querida Universidad del Tolima.

Durante décadas la violencia en el Tolima se vivió de la manera más horrenda, masacres, muertos, extorsiones, reclutamientos de menores, secuestros, extorsión y los crímenes más atroces tuvimos que padecer los tolimenses, violencia venida de todos lados y con múltiples actores, pero no menor al también horrendo abandono del Estado, algunos tolimenses nos han dicho que sufrían más por el abandono del Estado, que por la violencia.

Ahora que arrancan las elecciones regionales en medio del fragor de la contienda electoral, muchos buscan desde la diatriba, la ofensa o la calumnia, obtener réditos electorales, lo hacen a costa de la verdad o acomodando verdades, asumiendo que esa arma destructiva de la retórica, les otorgara algún tipo de opinión favorable a ellos y en contra de sus ofendidos, tema que se los complica a razón que la gente ya no come entero, que las realidades y los hechos son contundentes.

Siempre he inculcado, orientado en nuestra organización política, poner por encima de la retórica los hechos, trabajar sin descanso, los preceptos en nuestro gobierno y nuestra organización han sido: -cercanía a la ciudadanía, - respeto por la ciudadanía y trabajo incansable, por lo que en el tiempo y el espacio prevalecen a razón de nuestro trabajo, estilo de gobernar y hacer la política. No en vano hoy vemos los resultados que con orgullo le mostramos al Tolima en todos los sectores económicos y sociales. 

Los cristianos celebramos el nacimiento de Jesús, con estas fiestas navideñas que cada día se anticipan más y que se han convertido en el espacio del año para unir la familia, despertar la solidaridad, generosidad y empatía. Son tiempos de paz y alegría donde quisiéramos que todos tuvieran pan en su mesa, además de fraternidad y tranquilidad.

Durante varios gobiernos en el pasado se establecieron los subsidios, que hoy se pueden contar en varios, con la concepción inicial que eran ayudas para sectores vulnerables de la población, estos programas hoy tienen infinidad de deficiencias habida cuenta de la registrada corrupción, no solo de agentes del Estado sino de ciudadanos que sin merecerlos han accedido a tenerlos.

La seguridad es un valor de la democracia que debe prevalecer, permanecer como un bien supremo y común, el instrumento que protege la honra y los bienes de los ciudadanos y que no puede delimitarse ideológicamente como propiedad de uno u otro sector.

Ibagué mi amada Ibagué, ha estado sumida en una profunda crisis de muchos años que ha acumulado necesidades y ahondado problemas, sin que se tomen decisiones trascendentales y radicales para encontrar soluciones concretas y permanentes.

A lo largo y ancho de mi vida pública he encontrado en las mujeres mis mejores aliadas, se han convertido por su capacidad, pero sobre todo por su sensibilidad humana en las grandes funcionarias con las cuales he conformado exitosos equipos.

Históricamente han existido diferentes formas de someter la sociedad, las peores las que han usado la violencia, sin embargo, hay una que socialmente afecta en demasía y se ha convertido en tragedia para las familias colombianas: el consumo de droga.