Reactivación económica, con sabor agridulce

Todas estas cifras que entrega el Banco de la República han de ser un insumo esencial para reorientar las metas y decidir acciones para abordar las crisis que afectan el desarrollo económico de la región.

El Boletín Económico Regional Centro (Tolima, Huila y Caquetá), que elabora trimestralmente el Banco de la República, mostró que, si bien la reactivación marcha por buen camino, las lluvias, la depreciación del peso, la situación mundial y la inflación le han pasado factura a la mayoría de las actividades económicas.

Parte de las cifras de crecimiento pueden resultar engañosas, pues hay que recordar que en el segundo trimestre del año pasado aún habían serias restricciones por la pandemia; además, el paro nacional, que se prolongó por cerca de tres meses, causó impacto en la producción, especialmente de alimentos. Algunos sectores crecieron de manera notable, en otros hubo aumentos leves y otros decrecieron. A pesar de que la tasa de desempleo bajó es evidente que el mayor generador de puestos de trabajo, en Ibagué, es el comercio.

Hay que destacar que las remesas, que aumentaron 15,3%, son una importante fuente de ingresos. Estas provienen principalmente de Estados Unidos (67,2%), España (11,2%) y Chile (3,7%). Tolima fue el mayor receptor de remesas de la región con 56 millones de dólares. 

Crecieron también la ocupación hotelera y el transporte de pasajeros, en primer lugar, porque veníamos el año pasado de restricciones ocasionadas por el Covid-19 y la cancelación de eventos folclóricos, deportivos y empresariales, que este año se volvieron a celebrar. La ocupación hotelera en Ibagué llegó a 57,8%, mientras que el transporte terrestre de pasajeros aumentó 93,2% y aéreo 254,9%. Las ventas de motos y carros crecieron, especialmente de las primeras.

En contra del crecimiento económico jugaron factores como el clima, la desbordada inflación, el aumento del precio del dólar, de los combustibles y los insumos del sector agropecuario; en estos últimos influyó el conflicto entre Rusia y Ucrania. El sector agropecuario se resintió de manera importante por el aumento de las lluvias, debido al fenómeno de la Niña, que afectó los cultivos y deterioró las vías, y los altos costos de los insumos. 

En el caso del arroz, uno de los cultivos bandera del Tolima, la producción de paddy verde cayó 26,4% y se redujo el área de siembra en 19,1%. Otro de los sectores golpeados fue el de la construcción, debido principalmente a los altos precios de los materiales y a la incertidumbre generada por la expedición de licencias de construcción. La financiación de vivienda cayó 7,9% y el número de unidades vendidas que pasó de 2.297 a 2.040. En materia de servicios públicos, el lunar estuvo por cuenta de las permanentes fallas en el suministro de agua en Ibagué y Florencia que causaron la disminución del consumo en período abril-junio (7,6%), mientras que los de energía y gas aumentaron.

Todas estas cifras que entrega el Banco de la República han de ser un insumo esencial para reorientar las metas y decidir acciones para abordar las crisis que afectan el desarrollo económico de la región.

 

El Nuevo Día

Comentarios