Según el informe de análisis del Banco de Colombia, la vivienda ha tenido una caída en las ventas del 39.4%, cifra que nos debe preocupar enormemente, si se tiene en cuenta que las estimaciones del propio ministerio del ramo indican que el déficit habitacional del país cuesta $197 billones y que para cumplir esa meta se necesitarían 123 años.
Los gobiernos radicales del siglo XIX concibieron de manera prodigiosa, que uno de los instrumentos para lograr el impulso del desarrollo del país, lo era el ferrocarril, y colocaron todas sus baterías para lograr el propósito, y efectivamente lo alcanzaron.
Las noticias sobre los desplazados en el país, nos invaden a cada instante. Cuando no es por la violencia, lo es entonces por el invierno, o por el exceso de verano, o por las carencias que afectan a la población marginada, en donde sectores amplios de la población se ven obligados a buscar un amparo en otros territorios; la mayoría lo hacen sin ninguna previsión y el resultado es que en muchos casos ese desplazamiento les ocasiona más amargura y frustración, porque no encuentran nada y sí les incrementan el peso a sus angustias.
Con una inflación a octubre del 12.2 %, y con tendencia al alza, pues el registro del último mes fue superior al anterior en ocho décimas, podemos decir que la mesa del comedor de los colombianos está cada vez mas empobrecida, es decir, con menos alimentos disponibles a la hora de la alimentación.
Que en cuatro años se hayan duplicado los casos de extorsión en el país, constituye una pésima señal de la forma como la inseguridad gana terreno, pues a este registro se suman los hurtos y atracos, que tiene en verdadera zozobra a la ciudadanía.
El presidente Petro ha acudido a la figura de declaratoria de desastre nacional, para poder estar en capacidad de tomar medidas excepcionales relacionadas con la atención de las graves afectaciones que ha causado en el país la presencia prolongada del invierno, en donde no solo ha sido la intensidad de las lluvias, sino la aparición, en algunas regiones, de vientos huracanados que han provocado el siniestro y la devastación.
Las aerolíneas que prestan el servicio en Colombia, pareciera que están empeñadas en recuperar las pérdidas ocasionadas por la pandemia, en el menor tiempo posible, y lo hacen por la vía de tarifas altas y cobros adicionales, así hayan recuperado la normalidad en la operación.
El incremento del precio del dólar nos debe tener muy preocupados a todos los colombianos, pues no solo afecta a quienes realizan transacciones en esa moneda, sino a todos los colombianos que ven reflejada la situación en el crecimiento de precios que lleva ese componente, y también en el impacto de la deuda externa, que se paga con los impuestos de todos los colombianos.
El debate que se ha suscitado con motivo de la reforma tributaria, en el sentido de colocarle impuestos a los alimentos ultraprocesados y a las bebidas azucaradas, ha puesto al descubierto una verdad desgarradora en torno a la dieta de la mayoría de los colombianos.