Quisiera creer que estoy equivocado, pero algunas luces multicolores en el barrio; la misma música de cada fin de año y el sonido lejano de unos voladores me recuerdan que la ansiada navidad ha llegado. Sin embargo, el año anterior fue distinto.

Cuenta una versión de la enredada mitología griega que Narciso era un joven apuesto, tenía una hermana gemela, la cual murió y él decidió, como homenaje, no enamorarse de nadie, por eso rechazaba a las mujeres e incluso a hombres. La ninfa Eco se enamoró perdidamente de él y fue despreciada. Eco le lanzó una maldición, y Némesis (diosa de la venganza), castigó a Narciso e hizo que se enamorara de la imagen reflejada en una fuente, muy parecida a la de su hermana y cuando quiso darle un beso, se cayó al agua y se ahogó.

La tarde de la ceremonia inaugural de los juegos, por los alrededores del estadio fueron llegando de todos los lugares de la ciudad los aficionados, las porristas, bastoneras, guías, grupos cívicos, delegaciones deportivas, en un amalgamiento festivo, porque después de diez años de espera se iniciaban los tan anhelados IX Juegos. Ibagué contaba con un poco más de ciento sesenta mil habitantes y una mentalidad de pueblo grande que, a partir de este hecho se fue transformando en una pequeña ciudad.

Llegó diciembre con su… recuerdo de esa época en la que, como depredadores, nos íbamos a desprender el musgo milenario depositado en los árboles y en las rocas húmedas de las montañas cercanas a Ibagué, para construir el pesebre, como réplica a una realidad idílica. En las noches previas al dieciséis de diciembre nos preparábamos para interpretar los villancicos, con instrumentos hechizos y con nuestras voces que atravesaban un periodo de mutación entre agudas y graves, por los años de la pubertad. Con el tiempo nos atrevimos a leer la novena del niño dios y a sonreír cuando se hablaba del padre putativo de Jesús.

Cada miércoles en la mañana, luego de leer los titulares de la primera página de El Nuevo Día, daba un salto hasta la sexta y comenzaba a disfrutar la lectura de una prosa refinada, precisa, con tonos de nostalgia y no exenta de ironía y de crítica ácida sobre la realidad social por la que estamos atravesando.

Cuando el amor a una profesión y el apasionamiento por una expresión artística se unen, el resultado no puede ser otro que lograr el compromiso de los estudiantes para que participen activamente en los proyectos que proponen los docentes comprometidos con una enseñanza que, en palabras de Paulo Freire: “No es transferir conocimiento, sino crear las posibilidades para su propia producción o construcción”.

Las pasadas elecciones en los Estados Unidos, no solo fueron un remedo de debate de ideas y de enfrentamientos, donde los temas no pasaban por el cedazo de las argumentaciones, sino por un show mediático de imprecisiones, insultos y mentiras, sobre todo de Trump, quien se sentía perdido antes de comenzar las votaciones.

El origen de la democracia proviene del siglo VI antes de nuestra era y, cuentan los historiadores que, fue Solón de Atenas quien da inicio a este modelo de gobernar, mediante una asamblea que tomaba las determinaciones más importantes para la ciudad. Es de aclarar que esta participación del poder del pueblo tenía restricción para la población de mujeres, esclavos y extranjeros. Clistenes continúa con el desarrollo de este proceso y logra la consolidación de un paquete de medidas de carácter político que le cerró el paso a la aristocracia y que se amplió a otras ciudades griegas y más tarde a otros estados.

Según las estadísticas oficiales hemos llegado a preocupantes cifras de contagios y fallecimientos por culpa del Covid. En las últimas semanas se dispararon los niveles hasta tener un deshonroso porcentaje del 3.6% de letalidad, el más alto del país y la ocupación del 80% de las camas UCI. Recientemente Ibagué ocupa las pantallas de los noticieros, no precisamente por los aportes a la lucha contra la pandemia, sino al descuido manifiesto que nos disparó los números y nos ubicó como una zona de alto riesgo.

Los segundos jueves de octubre de cada año usualmente, mi entrañable amigo Jorge Ladino Gaitán madruga para enterarse de quien ha sido el ganador o ganadora del Premio Nobel de Literatura. Su apasionamiento por este resultado nada tiene que ver con el azar, pues nunca juega, ni siquiera con las apuestas del fútbol, su segunda pasión.