Según narran los testigos, el hombre accidentalmente tocó con un barra metálica uno de los cables de alta tensión que se encontraba cerca del lugar donde laboraba.

Esta acción hizo que el cable se cortará en dos y que el hombre recibiera de manera directa la corriente de alto voltaje que al parecer, le quemó una de sus manos.

En el lugar de los hechos, se encontraba Ana Montealegre, una mujer de 50 años aproximadamente, que trabaja desde hace dos años en un puesto de dulces ubicado ahí.

Ella describe que, “sentí que cimbraba la luz por encima y vi caer el cable sobre mí, cogí las muletas y salí rápido”, dijo. A Ana la protegió un parasol, que le da sombra a su puesto de trabajo, del impacto del cable cortado.

Asegura que seguirá allí, porque este es su único sustento económico y ya la conocen en el sector. Recuerda que hace 10 años vivió un susto igual, cuando la atropelló una motocicleta.