Gloria Mabel Martínez, ingeniera agroindustrial de la Universidad Nacional Sede Palmira, se dio a la tarea de identificar y caracterizar, los tipos y las condiciones de poscosecha disponibles en Tolima, Córdoba, Meta, Valle del Cauca, Santander y Huila, principales departamentos productores de maíz.
“Colombia tiene un gran rezago en infraestructura de secamiento y almacenamiento. La optimización de dichos procesos permitiría desarrollar nuevas regiones productoras. De ese modo se reactivaría y atendería la demanda interna de alimentos para una población creciente”, afirma Martínez.
Por ello, esta ingeniera evaluó diversas alternativas tecnológicas de secamiento, ideal para reducir el contenido de humedad del grano, y almacenamiento, para garantizar que el producto sea seguro hasta su consumo. Esto con el propósito de sugerir las más viables.
Para el desarrollo de su investigación contó con el apoyo de la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales y Leguminosas (Fenalce).
A través de ella, obtuvo la información específica sobre las necesidades de estos procesos en cada región, y los datos de estacionalidad y humedad de la cosecha. De igual manera, recolectó información agroclimática y de las principales fuentes de combustible disponible en cada zona.
La caracterización de los productores la logró a través de revisión estadística, información secundaria y consulta con expertos del gremio. Así determinó los tipos de productores por tamaño de acuerdo con su área y nivel de producción en cada región. En cuanto a la identificación de alternativas tecnológicas de secamiento y almacenamiento, acudió a estudios preelaborados, a información recolectada mediante revisión, y a la consulta con conocedores del tema.
Con esta información, elaboró un diagrama de jerarquización en el que, a través de una valoración, se posicionaron las mejores alternativas de secamiento para cada una de las regiones y para cada tipo de productor. La caracterización se desarrolló con base en aspectos técnicos, financieros y operacionales.
Alternativas para pequeños, medianos y grandes productores
Gloria Mabel Martínez comenta que dentro de la ponderación realizada, las albercas se posicionaron como el sistema idóneo, seguidas del secado en patios, parabólicos y heldas (sistema diseñado con bandejas corredizas dispuestas en un cajón con techo).
En Colombia, las albercas son una de las alternativas más utilizadas en arroz y semillas. Pueden construirse para poca capacidad, en forma relativamente simple y económica. “Además, son muy versátiles, permiten mejor control de la temperatura de secado y manejo para preservar la calidad del grano”, destaca.
Una vez caracterizada como una opción, la ingeniera agroindustrial propuso el diseño de un sistema modular de secamiento a gas en albercas de concreto con capacidad para recibir al año 120 toneladas de maíz húmedo. Este es un sistema útil para agricultores que en promedio tengan 10 hectáreas y produzcan semestralmente 60 toneladas de maíz.
Esta alberca debe tener una capacidad de secamiento de 7.5 toneladas de maíz al día para una reducción de humedad del 22 % al 14 %, con una temperatura de secamiento de 70 °C, un tiempo de secamiento de 48 horas y una velocidad de 0.31 ton/h. Su construcción implicaría una inversión cercana a los 36 millones de pesos.
En cuanto a la alternativa de secamiento para medianos productores, la propuesta contempla la creación de asociaciones de mínimo 38 de ellos, que sean propietarios de 28 hectáreas (ha) cada uno, con rendimientos promedio de 7 ton/ha, para un total de 7.500 toneladas semestrales, es decir, 15 mil anuales.
Según Martínez, se requiere una planta que opere alrededor de 37 días al semestre con una capacidad de secamiento cercana a las 200 ton/día, para que cumpla con la producción estimada de 15 mil toneladas de maíz húmedo al año. Esta alternativa tendría un costo de 2.500 millones de pesos.
La alternativa de secamiento para grandes productores propone la creación de asociaciones con un mínimo de 34, que posea 60 hectáreas cada uno, y con rendimientos promedio de 8 ton/ha, para un total de 16.250 semestrales, es decir 32.500 anuales.
“La planta tendría que operar 33 días al semestre con una capacidad de secamiento cercana a las 500 ton/día, para que cumpla con la producción de 32.500 toneladas húmedas al año”, amplía. Esta propuesta tendría un costo de 5.300 millones de pesos.
Iniciativas como esta mejoran la capacidad de cada agricultor para garantizar la disponibilidad de materia prima en condiciones competitivas todo el año, adicionalmente les permitiría crecer en el área, lo cual impulsaría el desarrollo de nuevas zonas agrícolas para atender la demanda interna de alimentos en una población creciente.
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