Encaminado

Desde hace un mes se retornó a la competencia en el balompié nacional y empezó el examen para el técnico Alberto Gamero, al frente del Deportes Tolima; en ese lapso el samario ha tenido que conducir a los ‘Pijaos’ en ocho encuentros y su balance, al menos en los resultados, es por demás extraordinario.

Desde hace un mes se retornó a la competencia en el balompié nacional y empezó el examen para el técnico Alberto Gamero, al frente del Deportes Tolima; en ese lapso el samario ha tenido que conducir a los ‘Pijaos’ en ocho encuentros y su balance, al menos en los resultados, es por demás extraordinario; así se tenga algunas dudas en lo futbolístico y deba el entrenador trabajar en varios correctivos, con un grupo en el que de todos modos se vislumbran los trazos fundamentales de la propuesta del guía.

Un rendimiento cercano al 80 por ciento es fiel resumen de seis victorias, un empate y una derrota; con 16 goles a favor y cuatro en contra. En la Copa, que fue el torneo en que se arrancó, son seis partidos y aunque en la salida se conoció el único fracaso, la caída sirvió de aliciente para enrumbar los siguientes cinco triunfos, con cuatro juegos sin recibir anotaciones. En paralelo, en la Liga, son dos salidas que reportan cuatro puntos y no obstante el provecho frente al arco rival sea menor, hay semejanza en la seguridad posterior, al desconocerse la aflicción de tener que ir a sacar la esférica del fondo.

Porque el arquero Burián se regocija con apenas dos tantos encajados en las cinco oportunidades que cuidó la portería, el envidiable recuerdo de cuatro cotejos sin tristezas y la designación como figura, tras acallar el grito de festejo de los atacantes ‘naranjas’.

Aun cuando el estratega utilizó hasta ahora a nueve defensores, se tienen dos conclusiones al respecto, puesto que mientras se alterna el cuarteto por la zona central, no consigue consolidar los laterales.

La zona media del campo dispone de una dinámica interesante, una docena de jugadores y al menos un trío de esquemas, dan tal variedad que resulta difícil delimitar las claves del ideario del conductor del elenco Vinotinto y oro, por lo que parece mejor adjudicarle la virtud de adaptarse a dificultades propias del bosquejo de sus contrincantes y las vicisitudes de su nómina, que como todo grupo se ve supeditada a avatares por lesiones, sanciones y hasta que logre acabar la falta de concientización de algunos que siguen cayendo en indisciplina.

El ataque es tal vez la mayor debilidad, así las cifras invoquen al dilema, porque no es cómodo dar explicaciones sobre una media de dos goles cada 90 noventa minutos, ni ver que solo en un juego no se anotó y mucho menos aceptar que nueve hombres, ocasionaron las alegrías y a la vez entender que a los delanteros apenas se les pueden adjudicar siete de las conquistas y del quinteto uno no despega, los tres con más titularidad, tienen solo un fruto, pero la efectividad de quien se sabe suplente e ingresa con el propósito de hallar la formula salvadora, le cambia la perspectiva al análisis; no obstante se debe reflexionar a partir de que el fijo candidato a ocupar la posición, con la que el técnico ofende, no satisface ni siquiera a su mentor y le obliga a dar vueltas en búsqueda de la solución ideal.

Al emplear 24 jugadores, queda constancia de que no se tienen estelares, se confirma lo nivelado del listado, pero a la vez se induce a incrementar las labores para afrontar lo que viene, porque sería engañoso creer que los antagonistas vencidos se distinguen por su elevado nivel de desempeño y si la apuesta base excede las expectativas, la meta aún es remota.

Credito
ROBERTO SANTOFIMIO V. (Acord Tolima)

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