Como una victoria, fue considerado el aumento del salario mínimo por parte de diferentes sectores en el país. Primero, porque la cifra que regirá por ley para millones de trabajadores el próximo 2023, se dio dentro de los parámetros de tiempo establecidos para la mesa tripartita de concertación. Y segundo, porque con este aumento, se reivindica un poco más el poder adquisitivo de los trabajadores colombianos.

No obstante, existe cierto recelo en torno a lo que pueda llegar a significar este aumento en los sueldos para los trabajadores, con respecto a las medidas que podrían ser tomadas por parte de algunos empresarios, con el ánimo principalmente de proteger sus propias finanzas.

En términos generales, se ha tejido una discusión acerca de si este nuevo valor aumenta al empleo, teniendo en cuenta que se impacta directamente la estructura de costos, fundamentalmente, el de las pequeñas y medianas empresas. 

Pronunciamiento de las MiPymes

Rosemary Quintero, presidenta ejecutiva de la Asociación Colombiana de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas, Acopi, habría manifestado antes del anuncio del incremento definitivo del salario mínimo, que el aumento debía ser de 14 %, considerándolo un “porcentaje bastante alto y coherente con la realidad de los trabajadores y de las empresas”.

Sin embargo, una vez anunciado el monto salarial, la representante de las MiPymes dio un espaldarazo al aumento, pero hizo un llamado de atención al Gobierno, debido al papel que cumple este sector en la economía nacional.

“Las MiPymes, que es donde se encuentra la mayor concentración de salarios mínimos, seguiremos con la necesidad de apoyo en los diferentes instrumentos para la generación de empleo. En conversación con la ministra Gloria Inés Ramírez, esta adquirió el compromiso de revisar algunos aspectos que necesitamos y que mejoren nuestras condiciones en las futura reforma laboral”, puntualizó.

El buen mensaje que deja la concertación

Algo que se debe tener en cuenta en primera medida, es la importancia que representa el que se haya logrado este acuerdo de forma concertada. Cabe resaltar que en los últimos años, las negociaciones entre las partes se han dado en los plazos estipulados, salvo el atípico 2020.

Según algunos analistas económicos, de esta manera se lanza un buen mensaje de cara a la situación macroeconómica del país, ya que emite un parte de confianza por parte de las instituciones hacia el pueblo colombiano.

Incidencia para la economía ibaguereña

Desde algunos análisis económicos, se sugiere que el incremento como el que se dio en esta ocasión, puede impactar de forma negativa la creación de nuevos puestos de trabajo, o peor aún, cabría la posibilidad de que algunos empresarios prescindieran de algunos de estos puestos, algo que para una ciudad como la nuestra, significaría un aumento en los índices de desempleo.

Sin embargo, según lo explicó el director del Observatorio de Empleo del Tolima, Jorge Humberto Renza, el incremento determinado para el salario mínimo, es una compensación para la economía de los hogares, sobre todo, para los más pobres, contribuyendo al dinamismo de la economía local.

“El aumento en el salario mínimo incrementa los ingresos de los ocupados y jalona los demás salarios hacia arriba. Significa un aumento en la demanda laboral, por lo que posiblemente contribuya a la recuperación de la economía ibaguereña y al empleo también”, detalló Renza.

Disposición empresarial

El presidente del Comité de Gremios del Tolima, Efraín Valencia, destacó la disposición que hubo por parte de los gremios económicos y empresarios, para poder llegar a una concertación. “Hay que recordar que los gremios no llegaron con una cifra, sino con la intención de construir una propuesta y se pudiera establecer un consenso”, acotó Valencia. 

El presidente de gremios del departamento sostuvo que los empresarios eran conscientes de que para el monto del salario mínimo definitivo se tenía un piso del 14 % prácticamente (12,53 % de inflación más el 1,24 % de productividad). Con el aumento definitivo, se quedó dos puntos porcentuales por encima.

Valencia aseguró que para los gremios y empresarios, resulta conveniente un incremento menor, sin embargo, señaló que lo realmente importante era la concertación.

Una victoria para los trabajadores 

De acuerdo con las declaraciones del director del Observatorio de Empleo del Tolima, los incrementos en los valores del salario mínimo y del subsidio de transporte, es una victoria para los trabajadores, toda vez que representa una mayor remuneración por su labor y les permite tener un mejor goce de sus ganancias.

Renza señaló que a nivel internacional hay una tendencia a aumentar los salarios por encima del porcentaje de inflación, esto como parte de una política para dinamizar la demanda agregada de los hogares. 

Para el caso concreto de Ibagué, precisó que un salario mínimo alto oxigena la economía local, ya que en la ciudad, los hogares pobres, gastan la mayor parte de sus ingresos en alimentos. “Este incremento salarial debe ir de la mano con otras políticas que ya el Gobierno está empezando a discutir”, manifestó Jorge Renza.

Un panorama más difícil para los ‘informales’

Jaime Eduardo Reyes, director del Instituto de Desarrollo Regional de la Universidad de Ibagué, aseguró que vale la pena precisar en que el incremento del salario mínimo está relacionado directamente a la formalidad laboral.

“Nosotros tenemos una formalidad laboral alta, sin embargo, no lo es tanto como en otras ciudades y se encuentra por debajo del promedio del país. Así podemos inferir que por esta vía, con el incremento del      16 % para el salario mínimo, no se va a proliferar la informalidad en Ibagué”, apostilló Reyes.

No obstante, “hay una situación que preocupa en la ciudad, y tiene que ver con el alto número de personas que se encuentran ocupadas por cuenta propia, las cuales devengan sus ingresos sin intermediación de una empresa, sino a través de su propio esfuerzo”, indicó Jaime Reyes.

Mayor poder adquisitivo

Jorge Humberto Renza, detalló que el comportamiento de los indicadores de pobreza se vincula directamente con el comportamiento del mercado laboral,  por lo que si se deteriora el ingreso medio de los ocupados, se aumenta la pobreza monetaria y golpea mayormente a quienes no tienen una vinculación laboral con una empresa.

Sin embargo, y aunque el ingreso promedio de una ciudad intermedia como Ibagué, se encuentra por debajo del valor del salario mínimo, si este aumenta, los ingresos promedios también lo hacen por medio de una dinámica muy simple, y es que el monto que determine dicho salario, se vuelve un referente de ganancias para los ‘informales’.

El aumento en los ingresos posibilita la disminución de los niveles de pobreza en Ibagué.

Reducción de los horarios de trabajo

Otra iniciativa que se entiende juega en favor de los trabajadores del país, es la promulgación de la Ley 2101 de 2021, en la que se reduzca la jornada laboral de manera gradual de 48 a 42 horas semanales sin que se disminuya el salario.

Su implementación gradual se dará a partir del 15 de julio de 2023 hasta el 15 de julio de 2026, y se prevé de la siguiente manera: Del 15 de julio de 2023 hasta el 14 de julio de 2024 se reducirá una (1) hora a la jornada laboral (47 horas semanales), del 15 de julio de 2024 hasta el 14 de julio de 2025, igualmente tendrá una reducción de una (1) hora (46 horas semanales).

Desde el 15 de julio de 2025 hasta el 14 de julio de 2026, la reducción será de dos (2) horas, llegando a ser la jornada ordinaria de 44 horas semanales. Finalmente, a partir del 15 de julio de 2026, la reducción, también de dos (2) horas laborales, establecerá una jornada semanal de 42 horas en Colombia.

Desindexación de artículos 

Jaime Eduardo Reyes, argumentó que “hay un tema importante para Ibagué y para Colombia entera, y tiene que ver con el acuerdo al que se llegó entre el Gobierno nacional, los empresarios y los trabajadores, de buscar suprimir  la indexación del incremento el salario mínimo a ciertos productos y ciertos servicios”.

A su vez, Jorge Renza ratificó la importancia de lo planteado por el Gobierno para evitar el posible impacto del aumento salarial sobre la inflación, estableciendo un control de precios sobre los que la nación tiene algún grado de manejo, desacelerando la inflación. 

Se entiende el aumento del 16 % del salario mínimo como una victoria, la que permitirá mayor capacidad de compra en los hogares, pero por si sola, la medidas es insuficiente, se necesita de otras intervenciones que permitan el decrecimiento de los índices inflacionarios y así mejorar las condiciones de vida de los sectores más vulnerables. 

Protección a sectores más vulnerables

La ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, anunció que el Gobierno adoptará una serie de medidas con las que busca la protección del poder adquisitivo de los sectores más vulnerables y que no se registren incrementos desproporcionados que vayan en contravía al aumento del salario mínimo concertado.

 Aparte de la expedición de decretos para desindexar productos y bienes y servicios de la canasta básica, 204 en total, se otorgarán subsidios a los fertilizantes y agroinsumos para la protección del campo y se continuará trabajando para la disminución de las tarifas de energía en el país, impactando de manera directa en la economía de los hogares colombianos.

A su vez, la Ministra recalcó la continuidad de las labores de concertación para analizar la fórmula que se aplica para la tasa de usura, que tiene repercusión directa en el crédito y en el uso de las tarjetas de crédito. Y finalmente, propuso la disminución de la base de cotización en salud del 12 % al 10 % de los pensionados del país, cuyas mesadas estén entre 2 y 3 salarios mínimos.

El acierto del subsidio de transporte

Uno de los puntos en los que más se debería resaltar, según Jaime Eduardo Reyes, es sobre el incremento en el auxilio de transporte, ya que le brinda una mayor capacidad adquisitiva a los trabajadores con este subsidio, algo que repercute positivamente en los hogares de la ciudad.

“El incremento del 16 % del salario mínimo, por supuesto que ayuda a mejorar los ingresos de los hogares ibaguereños, pero no hay duda que el aumento de 20 % del subsidio de transporte es muy importante, sobre todo porque es uno de los dominios que más ha afectado la inflación de Ibagué”, detalló Reyes. 

La incógnita por la reforma laboral 

Más allá de la puja por el salario mínimo, el representante de los gremios por el departamento indicó que “la verdadera preocupación que tenemos desde el sector productivo, es saber qué va a pasar con la reforma laboral, ya que se han anunciado una serie de temas donde creemos que se van a dar algunos impactos en detrimento de los empresarios”, indicó.

Valencia advirtió que es muy probable que se desestimule la generación de empleos, debido a algunas iniciativas concretas, por ejemplo, los recargos nocturnos después de las 6 de la tarde.

“Estamos de acuerdo con que haya una reforma laboral, máxime cuando tenemos una legislación de más de 50 años, la cual requiere de una reformulación y mejoramiento de las condiciones laborales actuales”, mencionó Efraín Valencia.

Otro punto tenido en cuenta por el presidente del Comité de Gremios para este análisis, fue la entrada en vigencia a partir de enero próximo de la reforma tributaria, de la que sostuvo, la carga mayor estará sobre los empresarios.

“El 16 % es un incremento que refleja devolver el poder adquisitivo que se perdió a causa de la inflación de este año” - Jaime Alberto Cabal, presidente de la Federación Nacional de Comerciantes.

“Los mayores desafíos seguirán siendo controlar la inflación, crecer a tasas más altas y tener mayores niveles de ocupación y menos desempleo” - Jaime Eduardo Reyes, director del Instituto de Desarrollo Regional de la Universidad de Ibagué. 

Datos

- El sector comercio, sobre todo el minorista, representa cerca del 27 % de la mano de obra ocupada en Ibagué, siendo este sector muy sensible a lo que acontece con el ingreso disponible dispuesto en el salario mínimo.

-  La mesa tripartita de concertación sobre el aumento del salario mínimo para el próximo año, logró establecer el valor definitivo dentro del plazo concedido para dicha negociación. Lo que genera un ambiente de confianza comercial al evitar que dicho incremento se diera vía decreto.

- 97% del tejido empresarial de Ibagué lo componen los micro y pequeños empresarios.

- El ingreso promedio para los ibaguereños está por debajo del salario mínimo, entonces, se deben buscar medidas que no afecten las condiciones de consumo, a la vez que se incentive a los empresarios en el esfuerzo de mantener los empleos.

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