Túnel entre Ciudad Perdida de Falan y San Sebastián de Mariquita, ¿mito o realidad?

JORGE CUÉLLAR – EL NUEVO DÍA
María Ávila de Monroy murió como consecuencia de un golpe que le pegaron en la cabeza. Según comentó su hijo, unos delincuentes la encerraron, le pegaron con la cacha de una pistola y posteriormente saquearon objetos de valor.

Cuentan los conocedores del tema que hace 600 años, una inmensa población de indígenas  ocupaba los terrenos donde actualmente se ubican Falan y San Sebastián de Mariquita. Tierras que a su vez fueron invadidas por españoles, quienes al descubrir la riqueza por la concentración de oro también se quedaron allí.

Las principales minas de metal dorado y de plata estaban en Santa Ana de las Lajas  (Falan) y Frías, por ello los conquistadores sometieron a los nativos a la esclavitud. Los indígenas principalmente Panches tenían que hacer largos trayectos para trasportar los metales preciosos.

Sin embargo, muchos  de los nativos  se revelaron al dominio  español, logrando con ello su fusilamiento. Por dichos acontecimientos se dice que los Panches iniciaron la construcción de un túnel que les permitía huir de sus verdugos y esconder sus tesoros.

“Los indígenas trabajaban la piedra de calicanto, pero lo hacían bajo la técnica de los españoles. Así mismos, ellos descubrieron que estas tierra eran ricas en oro y plata, entonces empezaron a someter a las tribus.  

“Los Panches eran obligados a trabajos forzosos para explotar los minerales, por eso construyeron el túnel, el cual fue 100 por ciento hecho con mano de obra indígena. Este túnel era un escape para defenderse de los españoles y de los piratas”, comentó Guillermo Giraldo Gutiérrez, habitante de Mariquita.

Giraldo Gutiérrez también expresó que el “místico” túnel inicia en la Ciudad Perdida de Falan (se le llama así  por su  contextura física, pues  allí existió una factoría donde se procesaba el oro y la plata); y continuaba hasta llegar al casco urbano de la Ciudad Frutera del norte del Tolima (Mariquita).

Una vez allí,  las ‘bocas’ del túnel hacían presencia en la plaza de Armas, lugar donde actualmente se encuentra la biblioteca subterránea municipal. El recorrido seguía en dirección a la iglesia Mayor de San Sebastián y debajo del altar existía otra ‘boca’, el trayecto continuaba hacia la Casa de Fundición o Legión de Metales que en la actualidad se conoce como la Casa de la Moneda.

La última estación en Mariquita se encontraba en el Santuario Diocesano del milagroso Señor de la Ermita,  luego el recorrido continuaba en dirreción a Honda, en lo que hoy se conoce como Puerto de Caracolí. Cabe recordar que todas las ‘bocas’ del túnel fueron clausuradas.

“En 1982, cuando se construyó la famosa biblioteca subterránea ( El Hueco) hizo aparición la boca del túnel, debajo de la iglesia de San Sebastián existían dos ‘bocas’, pero los taparon porque mantenían llenos de animales.

“En el Santuario de la Ermita había otras dos, y en lo que se conoce como la Casa de la Moneda, también habían ‘bocas’. Puede que sea una leyenda o puedan que en realidad hayan  existido,  la pregunta es ¿por qué  los antropólogos no han estudiado el tema?.

 “Sería bueno que hicieran la prueba del carbono,  con la cual se podrían dar cuenta cuantos años tienen los elementos ahí atesorados, y si pertenecen a esa huella del subsuelo”, concluyó   Giraldo Gutiérrez.

Un posición contraria tiene Carlos Arturo Nichollas Hernández, mariquiteño con raíces inglesas, ya que para este hombre el túnel entre Falan – Mariquita y Honda es sólo una leyenda.

“Hay una versión que dice que hay un hueco que era la entrada a un túnel secreto, que iniciaba en la Ciudad Perdida de Falan, se conectaba con Mariquita y terminaban en Honda;  pero eso científicamente no es cierto, porque los túneles no iban a más de 100 metros, porque no había oxígeno.

“Cuando hablan de los túneles, yo no creo mucho en eso. Lo de la ciudad perdida de Falan sí porque uno lo ha visto,  allí hay socavones donde se  entra hasta cierto punto, por eso considero que estos eran  sitios de trabajo pero no de viaje, pues hacer esos  túneles hubiera implicado mucho tiempo”.

“En Mariquita no acuñaron monedas”
La Casa de Fundición o Legión de Metales de Mariquita se conoce en la actualidad como la Casa de la Moneda, pero este nombre fue adoptado porque en el lugar se conservan elementos de la época antigua más no porque se acuñaran monedas.

“Se  le ha dado el nombre de la Casa de la Moneda, pero aquí nunca ha habido fabricación de monedas; no obstante, en esa casa  era donde se fundían metales, se hacían los lingotes o morrocotas( especie de media luna fundida gruesa en oro).

“La  fundición  de oro era orientada por los españoles, pero  después vinieron los ingleses y empezaron  a explotar las minas con otros sistemas más modernos, como lo eran los niveles”, comentó  Nichollas Hernández.

Entre tanto,  Guillermo Giraldo agregó que “a mis 64 años doy fe de que en  este inmueble  nunca se acuñaron monedas; por el contrario lo que se hacía era fundir oro y plata.  Yo conocí la casa en manos de don David Londoño, primer dueño y luego la familia Monroy, ellos se conservan como propietarios”.

Jack Monroy, hijo de la propietaria y fundadora de la Casa de la Moneda sostuvo que su progenitora inició el museo en el año de 1989.

“Mi madre, María Ávila de Monroy  fue comprando cosas, artesanías, vasijas y  joyas. Ella también  le encargaba a personas objetos antiguos y así fue como empezó a organizar el museo.

“En lo que respecta al túnel esto fue obra de  los españoles, y cada 50 metros le hacían respiraderos, el objetivo era  transportar el oro y una de las ‘bocas’ llegaba aquí al museo, sin embargo, esta fue tapada y a su lado se dejó una virgen”, concluyó.

Credito
ANA LUCÍA RIVERA Q.

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