Cadena perpetua para creador de SilkRoad

Facilitar el tráfico de drogas a través de su portal de Internet SilkRoad, además de conspirar para ‘hackear’ computadores, conspirar para traficar con documentos de identificación, continuar una empresa ilegal y lavar activos le significaron a Ross Ulbricht una sentencia de cadena perpetua, además de cinco, 15 y 20 años concurrentes.

El creador de SilkRoad, el primer mercado ‘anónimo’ del Internet, fue condenado a cadena perpetua esta semana, después de que su página web se convirtiera en un centro de comercio de drogas y armas.

Ross Ulbricht fue encontrado culpable de siete cargos criminales, entre los que se encuentra tráfico de drogas, pero también enriquecimiento ilícito. La sentencia, sin embargo, les pareció exagerada a varios actores en el mundo político y tecnológico.

Ulbricht no es inocente

Es cierto: Ross Ulbricht es un emprendedor que creó un portal de Internet terriblemente exitoso, que prometía un nivel de anonimato nunca antes visto para sus compradores. No necesariamente una mala idea: muchos vendedores y compradores pueden beneficiarse de un producto así, y sin embargo mantenerse dentro del margen de la ley.

Pero SilkRoad ganó rápidamente fama por ser el lugar perfecto para traficar armas y comprar drogas sin necesidad de recurrir a intermediarios turbios.

El portal de Internet no era un negocio pequeño: en total, entre legales e ilegales, SilkRoad hizo posibles 1.5 millones de transacciones entre sus usuarios, que movieron $1.2 mil millones de dólares en valor.

Algunos de los cargos que enfrentaba Ulbricht estaban relacionados con los delitos cometidos por los usuarios de SilkRoad, por ejemplo: “Cargo 2: la distribución intencional de sustancias controladas lograda a través del Internet”.

Otros pesaban sobre sus propias acciones. Por ejemplo: “Cargo 7: conspirar para llevar a cabo lavado de dinero” y “Cargo 4: participar en la continuación de una empresa criminal”.

Finalmente, Ulbricht fue encontrado culpable de todos estos cargos, junto con “Cargo 5: conspirar con otros para cometer o ayudar y permitir hacking computacional” y “Cargo 6: conspirar con otros para traficar con documentos de identificación fraudulentos”.

La sentencia final: cadena perpetua por cargos 2 y 4; 5 años concurrentes por cargo 5; 15 años concurrentes por cargo 6 y 20 años concurrentes por cargo 7.

¿Fue la condena demasiado severa?

Ross Ulbricht también fue acusado de contratar un sicario para asesinar a uno de sus empleados por sospechas de robo de dinero, pero la acusación no se mantuvo en el juicio y no era parte de los cargos de los que se acusaba a Ulbricht oficialmente.

Esto hace que hoy muchos se pregunten si una sentencia de cadena perpetua por los crímenes imputados a Ulbricht es demasiado severa.

Él mismo, predeciblemente, lo considera así, y hace unos días dirigió una carta a la juez Katherine Forrest, en la que decía “Al crear SilkRoad destruí mi vida y mi futuro. Ya tuve mi juventud, y entiendo que usted debe quitarme mis años de madurez. Pero por favor déjeme mi vejez. Por favor déjeme una pequeña luz al final del túnel”.

Organizaciones como Freeross.org afirman que el juicio fue injusto y cuestionan si hacer de Ulbricht un ejemplo es realmente un buen precedente para los innovadores en la era digital. Otros, como Nick Gillespie, de The Daily Beast, afirma que el resultado puede “cambiar para siempre la forma como usamos el Internet”, incluso “aquellos que no compramos nada más fuerte que el jarabe de maíz”.

Las criptomonedas fueron víctimas de SilkRoad

Incluso Ulbricht y sus defensores están de acuerdo en que merecía pasar años en prisión; su argumento es que la pena fue demasiado severa para los delitos de los que fue encontrado culpable.

Pero también hay argumentos en contra: Ulbricht sabía lo que hacía y su operación de tráfico de drogas tenía unas dimensiones quizá tan impresionantes en alcance y beneficios económicos como su condena actual.

Lo que es indudable es que la víctima tecnológica del portal SilkRoad fueron las Bitcoins y otras criptomonedas.

Este nuevo tipo de dinero, que se almacena directamente en los computadores de quienes lo usan, es especialmente fácil de transferir por Internet. Y aunque no es 100% anónimo, rastrear a sus dueños es mucho más difícil que con divisas normales y tarjetas de crédito.

SilkRoad se encargó de popularizar a las Bitcoins, pero las asoció fuertemente con tráfico de armas y drogas y lavado de activos.

Desde entonces esta y otras criptomonedas han cambiado un poco su imagen; siguen siendo un misterio tecnológico para la mayoría del público, pero aquellos que las conocen saben que son una nueva forma de dinero, y no necesariamente una herramienta para bandidos y traficantes.

Credito
JUAN MARTÍNEZ MARTÍNEZ

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