"Las armas no serán usadas contra la población civil": Sargento García

COLPRENSA
Al suboficial lo recuerda el país por haber sido objeto de violencia indígena en Cauca.

Las lágrimas que se le desprendieron al sargento Rodrigo García después de que el pelotón de 35 hombres que comandaba fue atacado con violencia por indígenas en Toribío, Cauca, impactaron al país, pero también mostraron una dimensión importante de los militares: su capacidad para abstenerse de usar las armas contra la población civil, pese a haber sido sometidos a vejaciones y a una fuerte tensión. 

“Llorar es de humanos”, dice con serenidad y orgullo el suboficial, ya recompuesto, de traje de gala y corbata, una apariencia que dista mucho de la imagen con que lo conoció el país, enfundado en su camuflado de campaña, con casco y demás aparejos de guerra, y el rostro descompuesto por la amargura. “En las Fuerzas Militares no crean robots; crean seres humanos con principios y valores”. 

Así se expresa este bogotano de 31 años quien ingresó al Ejército en 1999. Sin resentimientos, en cada palabra revela la nobleza de los seres que hay detrás de un uniforme. “Odiar a las personas es como quemar la propia casa para deshacerse de un ratón”, dice, y añade a propósito de lo que pasó en Toribío: “Con pensamientos de indignación, de odio, de rabia, de humillación, no vamos a solucionar nada. Yo, exponiendo que me siento humillado, no voy a solucionar nada. El Estado colombiano no va a solucionar nada con eso”. 

A medida que habla, se toma confianza y muestra la calidad de militar que es. “No nos pueden quitar el derecho de estar en Colombia, y a mí no me pueden echar de mi tierra colombiana, independientemente de que porte uniforme, o porque porto un arma que fue dada por el Estado para la protección misma del Estado y de la población civil, armas que no serán utilizadas en contra de la población civil”, asegura. 

“Todos los colombianos que residimos en una nación, en un Estado social de derecho, tenemos claro que esta Nación nos pertenece a todos, simplemente porque nacimos aquí. Colombia nos pertenece a todos los colombianos, independientemente de la raza, la religión, la cultura, el color… Todos tenemos derecho a transitar por el territorio nacional, porque Colombia nos pertenece a todos”, dice. 

Recuerda que el día de los hechos les preguntaba a los indígenas de Toribío “¿por qué pelean por tierra, cuando la tierra es de todos nosotros?”. “Ellos dicen que son tierras ancestrales que les pertenecen, que el Cauca les pertenece a ellos y que nosotros no deberíamos estar allá. Es territorio colombiano, es territorio de nosotros, así como ellos pueden ir a donde quieran”. 

Desde que los indígenas llegaron al lugar donde estaban acantonados, el sargento García asegura que él y sus hombres tenían claro que se trataba de población protegida. “Cuando nos atropellaron, nos ultrajaron, no reaccionamos y no reaccionaremos nunca contra esa población. Pero ellos tienen que entender que esa no es la forma de actuar en contra del Estado, del cual ellos hacen parte”, sostiene con firmeza. 

Por eso, todavía se pregunta ¿qué les hizo a los indígenas para que le hicieran lo que le hicieron? “Para que me cargaran, para que me echaran tierra, para que me golpearan? Si yo estoy cumpliendo órdenes de un gobierno que ya está establecido, que ellos conocen desde hace mucho tiempo; un gobierno que ha trascendido con la misma población indígena que ha reconocido el gobierno, porque el gobierno no lleva dos, tres o cuatro meses; lleva años en esa área del Cauca”. 

Pese al maltrato recibido, el militar no pierde la objetividad. “Decir que entre los indígenas hay grupos armados sería una declaración infame de mi parte, puesto que a mí no me consta. Si me constara, la única forma de decir que entre los indígenas hay bandidos es porque uno ve un bandido uniformado o reconocido con orden de captura portando un arma. Si no lo veo, no lo puedo afirmar. Eso sería una declaración infame de mi parte”.

Reconoce, eso sí, que hay personajes en todo tipo de grupos que tienen doble moral y doble intención para desestabilizar la Constitución. “Personas mal orientadas y mal dirigidas. Hay pobladores que están desubicados e indígenas mal liderados. Nosotros no podemos desfallecer ante una minoría que puede estar mal dirigida”. 

“Yo no los cuestiono, no los critico a ellos, puesto que no son acciones de un pueblo, sino de una minoría”, añade García. “Pero no estoy de acuerdo con ellos en las actitudes de coger las armas del Estado y coger a los hombres del Estado. Que sea el mismo Estado el que juzgue al soldado”. 

También cuenta que en su unidad tiene un soldado indígena. “Es de esa misma región, porta con orgullo el uniforme y habla su idioma, y de él su familia indígena se encuentra orgullosa, porque ese soldado es parte del Ejército. Ese soldado es un excelente soldado, es parte de la institución y es parte de Colombia, porque nació en territorio colombiano”. 

“Me siento muy orgulloso, porque esta es mi profesión, esta es mi carrera, esto es lo que yo escogí como militar. Este es mi uniforme, que porto con orgullo, que todos los soldados de Colombia, hijos de Colombia, hijos de ustedes, portan con orgullo. Cada familia tiene un soldado; cada soldado tiene una familia, cada soldado es Colombia”, puntualizó.

Credito
COLPRENSA

Comentarios