En entrevista a un medio español, Carlos Antonio Lozada, integrante del secretariado de las Farc y jefe de la subcomisión técnica designada por la delegación de paz de la guerrilla, indica que el trabajo conjunto de las partes para la remoción de las minas, sentará las bases para una eventual reconciliación.
“Este es sólo el comienzo de un proceso que, según los expertos en la materia, poniendo fin al conflicto debe llevarnos a que en pocos años podemos declarar Colombia libre de tales artefactos”, dijo Lozada.
Sin embargo mencionó que no hay consenso con el gobierno en otros posibles acuerdos de inmediata ejecución, como en el tema de desaparecidos, que podrían darse previo a la eventual firma de la paz. En ese punto dijo que “es más fácil dialogar entre quienes han estado en el campo de batalla”
“Lamentablemente, hasta ahora no hemos sido capaces de ponerse de acuerdo con los términos Delegación del Gobierno para la construcción de este acuerdo humanitario que aliviar el dolor de muchas familias de soldados y guerrilleros que no han podido dar sepultura a sus seres queridos. Esperamos que pronto podamos darle la buena noticia”, dijo el insurgente.
Por otra parte se refirió al anuncio unilateral del presidente Juan Manuel Santos, de detener los bombardeos a los campamentos de las Farc durante un mes, como gesto de desescalamiento, y de manera temporal para evaluar sus resultados.
Para Lozada la medida responde más a un ‘chantaje’ que a un gesto humanitario, que no responde, según él, a los pasos que la insurgencia ha tomado en la negociación con decisiones como el cese unilateral al fuego o la suspensión del reclutamiento a menores de 17 años en sus filas.
“Durante el ciclo 33 de las conversaciones, las Farc presentó a los países garantes de un documento de 15 gestos de paz unilaterales hechas con un claro sentido de la humanidad (…) estos hechos, que deben ser respondidos con la reciprocidad por el Gobierno, han sido ignoradas y en su lugar, queremos traer ese chantaje inaceptable mensual amenazan con reanudar los bombardeos si los guerrilleros responden a las operaciones militares en curso contra sus fuerzas”, insistió el guerrillero.
Así las cosas el negociador dice que la confianza debe ser fortalecida en la mesa, pero reconoce que los puntos acordados y balance de credibilidad entre las partes, se constituyen en un activo para afrontar los ‘momentos difíciles’ que se le avecinan al proceso, especialmente cuando empiezan a abordar en Cuba las medidas que trazarán la línea entre justicia y paz.
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