En la audiencia de lectura del sentido del fallo, el titular del despacho señaló que “no hubo pruebas suficientes para hallar responsables a los hermanos” de los cargos endilgados.
A lo largo del juicio, el delegado del ente acusador insistió en que la pareja de hermanos destruyó información relevante para el caso, concretamente registros de interacciones telefónicas y a través de WhatsApp, que Rafael sostuvo con ellos minutos después del cometido el crimen.
Los descubrimientos del supuesto entorpecimiento a la justicia se anunciaron en el mismo mes del crimen cuando el entonces fiscal Néstor Humberto Martínez sorprendió al país revelando que la actuación de Catalina y Francisco “pudo haber sido la génesis de una obstrucción a la justicia”.
Un mes después de los hechos, y a la par con las diligencias en contra de Rafael, a los hermanos Catalina y Francisco les dieron el país por cárcel, es decir que no podían salir del territorio nacional por orden del juez 68 penal de Bogotá.
Por el crimen de Yuliana, Rafael paga una condena de 58 años de prisión en la cárcel La Tramacúa de Valledupar. A la par con el cargo de homicidio, fue sentenciado por secuestro y acceso carnal violento.
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