Sin experiencia en cargos públicos más allá de algunas asignaciones diplomáticas, Humala se ha constituido en toda una incógnita. Apareció en la escena política en 2006 con un discurso radical de izquierda que caló en varios sectores, especialmente entre los pobres del Sur de Perú, pero su cercanía con el presidente venezolano, Hugo Chávez, ahogó esa primera aspiración.
A 2011 llegó con un mensaje más moderado, declarándose seguidor del modelo del expresidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, que mezcla una macroeconomía liberal con fuertes componentes sociales. ¿Qué tanto queda del radical socialista y qué tanto hay del moderado de hoy en día? Es en ese margen de temor y esperanza que se manejan los peruanos. “El Perú ha cambiado y yo también”, señaló para explicar un programa más moderado.
El gabinete ministerial que dio a conocer en los últimos días, con gente de derecha en la economía y de izquierda en lo político, ha tranquilizado a quienes dudaban de su intención de liderar un Gobierno moderado. “Humala se inscribe en la ruta de Brasil y también de Uruguay, de que se gana con la izquierda pero se gobierna al centro”, dice a la AFP el politólogo Aldo Panfichi.
Consultado sobre si había posibilidades de que se reviva una alianza con Chávez, Panfichi señala que “el proyecto chavista ha perdido fuerza. Es visible que no ha resuelto los problemas centrales de Venezuela. Además, ahora la política latinoamericana es más compleja y matizada, y no en blanco y negro como buscaba Chavez”. “Creo que el de Humala va a ser un gobierno con menos transformaciones y más bien moderado”, señala.
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