Crisis económica: vacuna y tratamiento

Miguel Ángel Barreto

Basta con recorrer los municipios del Tolima y de toda Colombia para darse cuenta que estamos enfrentados a uno de los escenarios económicos más difíciles de la historia para las familias colombianas. Es evidente que tenemos que hacer algo.
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Afortunadamente, los estragos económicos y sociales generados por la pandemia serán abordados y contrarrestados de forma prioritaria por el Gobierno nacional, el Congreso y el sector privado. No hay otro camino diferente a enfrentar las adversidades y asumir enormes retos y compromisos.

De la mano con el Gobierno nacional, el sector privado y voceros de los partidos del Congreso se diseñó un paquete de medidas contenidas en el documento “Nuevo Compromiso por el Futuro de Colombia”, que tiene como objetivo la creación de dos millones de empleos.

La estrategia agrupada en el Conpes 4023, tuvo un aporte para su construcción de 500 personas y dentro de sus propósitos generales se encuentran: Fortalecer el apoyo a las familias por medio de programas sociales, impulsar el crecimiento económico de manera sostenible y que sea incluyente con las mujeres y los jóvenes, asimismo garantizar la vacunación de 35 millones de personas.

Este plan de reactivación y repotenciación asciende a los 135 billones de pesos (12.5% del PIB), lo que indica que gran parte de los recursos de la Nación tendrán orientaciones específicas en sectores estratégicos que estimulen la inversión pública e impulsen la oferta y la demanda de todos los sectores de la economía. La meta es generar 2 millones de empleos. 

Las prioridades están centradas en transferencias monetarias a los hogares más humildes y vulnerables, y la financiación de proyectos de vivienda, construcción de vías, mejorar la infraestructura de los servicios públicos, salud, educación, economía naranja, desarrollo agropecuario y dotación tecnológica, entre otros.

Por ejemplo, las acciones habilitantes para el sector productivo tendrán 3.8 billones de pesos, dirigidos a mitigar la pobreza, enfrentar la destrucción de empleos y dar un impulso al desarrollo digital.

La hoja de ruta establecida hasta 2026 define que el 7.2% del plan general se enfocará a la construcción de vivienda, 57 billones a transporte y productividad, 35 billones a energía y minas, 21 billones al sector agropecuario, 5 billones a educación, e Ingreso Solidario junto a los programas sociales obtuvieron una partida de 4,4 billones.

Igualmente se avanzará en la plataforma de transferencias monetarias y el registro social que incluye a los migrantes venezolanos, así como el apoyo a la población desescolarizada, auxilios para formación superior, el acceso de los pequeños empresarios al mercado de compras públicas, líneas de crédito, modernización del sistema judicial y sostenibilidad ambiental.

El escenario no es el mejor, pues la economía registra una caída del 6,8% y necesariamente la meta de crecimiento para 2021 debe fijarse en un rango entre el 5% y 6% para mitigar las pérdidas del 2020.

Los otros retos en los años siguientes es que la tasa de desempleo retorne a un dígito y que la inflación tenga un comportamiento moderado para no seguir perdiendo poder adquisitivo. El consumo de los hogares es clave para mantener la demanda interna.

Las regiones tendrán que hacer muy bien su labor de gestión de recursos y direccionar en línea con el Gobierno los recursos y programas regionales en la reconstrucción del tejido social y empresarial.

Desde el partido Conservador venimos apostando por la reactivación, el empleo y la protección de los sectores más vulnerables, articulando agendas de trabajo entre las regiones y todas las dependencias del Gobierno nacional.

Concentrémonos ‘Siento por ciento’ en superar esta crisis y retornar así a una senda de crecimiento estable y mucho más segura.

Miguel Angel Barreto

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