Para el Programa que la Alcaldía de Ibagué “Con todo el corazón”, quiere establecer, con la asesoría del exalcalde Antanas Mockus, me inclino por el nominativo “Cultura Civil” o “Cultura Ética”.
Conocemos que el exalcalde, revolucionó la historia de Bogotá, reduciendo los altos índices de violencia, con su programa “Cultura Ciudadana”; cuya singular pedagogía permitió que se instalara en la mente de la mayoría de la población, el respeto por el otro, expresando “la vida es sagrada”, lo cual tiene una gran connotación ética y moral.
Con el propósito de aportar un valor agregado al naciente programa, he querido curiosear, los términos, desde su significación real.
Ciudadano: persona que vive en una ciudad; el que está en posición de los derechos de ciudadanía.
Ciudadanía: Conjunto de los ciudadanos de un pueblo o nación.
Civil: Adj.– De buenos modos, sociable, urbano, atento, cortés, afable – ciudadano.
Civismo: celo por las instituciones e intereses patrios. Celo al servicio de los demás ciudadanos.
Cívico: Ciudadano patriótico.
Civilizar: Sacar del estado salvaje a pueblos o personas – educar, ilustrar.
Ética: Parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre.
Al observar y analizar el significado que el diccionario nos aporta en relación a la etimología de las palabras expuestas, fácilmente se concluye que “Cultura Ciudadana”, carece en su significación, de la esencia fundamental, para el propósito del programa, que es crear conciencia de valores colectivos que mejoren la “convivencia social”.
Si profundizamos un poco, y según Pedro García Olivo, en “Dulce Leviatán” - (Alquelarre UT).
“Se es un buen ciudadano, en la medida en que uno sirve para el funcionamiento del orden económico - político impuesto. Es la noción del “hombre ~ herramienta, “hombre ~ instrumento”; apuntada en diversas ocasiones por Adorno y Hortheimer”.
En una de mis columnas, expresaba: “se puede perder mucho tiempo y energía defendiendo formas obsoletas de pensar y de actuar, sólo porque nos son familiares a causa del hábito.
Podemos continuar valorando lo que alguna vez fué útil, sin razón alguna, excepto que nos hemos acostumbrado a un sentido particular del valor”.
¿Quién de los ibaguereños no ha sido testigo de los programas en las diferentes administraciones referenciados como “Cultura Ciudadana”; varios de ellos han defraudado, desprestigiado el término, además con buen recurso presupuestal?
Estamos vivenciando que no se aportó nada en relación a Procesos que pongan en práctica el llamado a la conciencia, al raciocinio ético y moral, que logre dignificar al ser humano, dignidad reconocida desde la Libertad de cada uno; expresada desde la autonomía, ética y moral que obliga a actuar, desde la propia autorregulación generada desde el interior del ser, desde la llamada “Voz de la Conciencia”.
Señor Alcalde: marque la diferencia con alternativas de cambio, empezando por lo más elemental, dando el valor a las palabras según su significación real.
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