Sobre el Día de las Velitas

José Adrián Monroy

Somos un país de tradiciones, costumbres, prácticas y usanzas que año a año conmemoramos y celebramos; pero, una buena parte de nuestra población desconoce el porqué lo hacemos y con qué fin.
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Hoy es el Día de las Velitas o noche de Velitas, una de las festividades más importantes en esta época ya que marca el inicio de la Navidad y también, como víspera del Día de la Inmaculada Concepción de María. Herencia de la religión católica que festeja el momento en que el Arcángel Gabriel anunció a María que fue la elegida, desde antes de su nacimiento, para ser la madre de Jesús.

La celebración se institucionalizó, por parte de la iglesia Católica en 1854, cuando el Papa Pío IX proclamó el 8 de diciembre como el de la Virgen María y miles de peregrinos fueron a la Plaza de Roma a participar en la vigilia, con velas y candelabros, como una forma de respeto y devoción. Desde entonces, millones de velitas se encienden en los pueblos y ciudades de Colombia y el Mundo para exaltar la fiesta de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.

Colombia es un Estado laico, así lo establece la Constitución​Política Nacional y la jurisprudencia de la Corte Constitucional, por lo que el Estado está en la obligación de ser neutral en materia religiosa y dar un tratamiento igual a todas las iglesias y confesiones religiosas, dada la Separación Iglesia-Estado.

Lo anterior, en virtud de lo dispuesto en el Artículo 19 de la misma constitución, así: Se garantiza la libertad de cultos.

Toda persona tiene derecho a profesar libremente su religión y a difundirla en forma individual o colectiva. Todas las confesiones religiosas e iglesias son igualmente libres ante la ley.

Esto lo traigo a colación, por el debate que se ha suscitado en redes sociales por parte de algunos que reclaman el por qué se sostienen esa clase de tradiciones religiosas en el país; desconociendo su origen y lo arraigada que está en nuestra sociedad una celebración que invita a la integración de las familias entorno a la Navidad y a la Virgen María.

Por lo tanto mi invitación, como siempre, es a respetar la diferencia, a no caer en ese habitual facilismo de criticar todo solo por hacerlo, sin argumentos, y sobre todo, con el ánimo de destruir para continuar polarizando y dividiendo esta sociedad.

Disfrutemos del mes más bonito del año, pues merecemos ante toda la crisis económica y sanitaria que hemos tenido que vivir, un espacio que nos dé fortaleza espiritual y nos permita seguir adelante ante tiempos tan difíciles.

JOSÉ ADRIÁN MONROY TAFUR

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