El fracaso político de España

Robert Shaves Ford

España repetirá las elecciones por primera vez en su historia. Es el fin del bipartidismo y la frustración de la sociedad. Después de intensas negociaciones celebradas los últimos meses entre los líderes de los partidos -viejos y nuevos- con el objetivo (no logrado) de cerrar acuerdos para investir a un candidato, sigue sin conocer a su nuevo presidente y se apresta a repetir las elecciones generales por primera vez en su historia democrática.

La única alternativa a este callejón sin salida en el que está sumida la política española es la repetición del proceso electoral, hoy. Ante el anunciado fracaso de la tercera y última ronda de consultas celebrada el 25 y 26 de abril en el Palacio de la Zarzuela tras la convocatoria del Rey Felipe VI está desilusionado.

Mariano Rajoy, líder del cuestionado Partido Popular (PP, el más votado el 20-D), sigue a la cabeza de un gobierno en funciones. Con sus atribuciones limitadas, además de mantener en vilo una economía alicaída, arrastra la frustración de una sociedad que en 2011 se despertó para demostrar el profundo hastío que arrastra hacia su clase política.

Desde entonces, el tradicional bipartidismo comenzó a ser seriamente amenazado. La repetición de los comicios ante la imposibilidad de alcanzar a tiempo un acuerdo para investir a un único candidato, así lo confirma.

Nuevas elecciones. Ante el llamado a nuevos comicios, el panorama se muestra similar al de las elecciones pasadas, aunque con algunas pequeñas variaciones posibles que podrían terminar siendo determinantes.

Por un lado, casi todos los sondeos reflejan que el PP será de nuevo el más votado, a pesar de que Rajoy -de paupérrima imagen pública- se mostró incapaz de cerrar acuerdos para renovar su mandato en la primera ronda, además de estar aislado por los incesantes casos de corrupción que vienen salpicando a su partido. El PSOE, por su parte, caería del 22% que sacó en diciembre a 20,1%, mientras que Ciudadanos crecería de 13,9% a 17,7%, en tanto que Podemos caería unos puntos.

No obstante, si la coalición electoral Podemos e Izquierda Unida (IU) se materializa y ambas fuerzas concurren juntas, quedaría como segunda fuerza en votos (20,8%), dando así el anhelado “sorpasso” y dejando al PSOE en tercer lugar, en su peor resultado histórico. El PSOE, para algunos, murió. Estos son, al menos, los cálculos que arrojan los sondeos hechos en abril.

Como se evidencia, el panorama ante las elecciones del 26-J se ve muy similar al de diciembre, aunque el tablero podría moverse con un cambio de estrategia, lo que despierta ciertas dudas: ¿Cómo impactará una mayor abstención electoral? ¿Conseguirán IU y Podemos sellar la alianza y mantener su ventaja sobre el PSOE? Frente a esto, ¿concurrirán el PSOE y Ciudadanos en coalición como lo hicieron en marzo en la segunda ronda? Sea lo que sea, hay algo seguro: el gobierno que surja será débil y no tendrá otra alternativa que buscar grandes acuerdos si pretende sacar adelante sus proyectos. En definitiva, lo que se instalará en España es una nueva forma de gobernar, acorde con los nuevos tiempos.

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