Y ahora con el FBI

Robert Shaves Ford

El presidente Donald Trump ha destituido al director del FBI, James Comey, después de que la web de periodismo de investigación ProPublica desvelara que este último había mentido al Senado y exagerado la gravedad de los riesgos para la seguridad nacional de EE.UU. por los correos de Hillary Clinton.

Pero, para la oposición demócrata, no es más que un intento de obstrucción a la Justicia. Según esa tesis, lo que Trump ha hecho es aniquilar al máximo responsable de la investigación entre su campaña y el Gobierno ruso. El senador demócrata Bob Casey ha calificado de nixoniana la decisión, en referencia a la llamada Masacre del Sábado Noche de 1973, cuando el entonces presidente, Nixon, destituyó al fiscal especial del caso Watergate, un escándalo de espionaje a la oposición por el que tuvo que dimitir de la presidencia 9 meses más tarde.

La decisión de Trump es sorprendente, porque el Presidente ha elogiado públicamente a Comey. También porque el actual jefe del Estado de EE.UU. no ha destacado precisamente por su deseo de llegar a acuerdos con la oposición ni con el Congreso. Por tanto, el que haya liquidado de un plumazo a la persona que dirige la investigación sobre sus vínculos con Rusia ha desatado una tormenta política.

La clave de la decisión es la intervención, de carácter rutinario, de Comey, la semana pasada, ante el Comité de Asuntos Judiciales del Senado, en que los legisladores le indagaron por los dos grandes escándalos con que el FBI ha ocupado los titulares en el último año: el uso por Hillary de un servidor de correo electrónico privado cuando era secretaria de Estado, y la presunta intervención de Rusia en favor de Rusia en la campaña de 2016.

Y ahí Comey cavó su tumba. El ya ex director del FBI dijo que su controvertida decisión de reabrir la investigación de los correos de Clinton, el 28 de octubre pasado, cuando apenas quedaban 12 días para las elecciones, se debió a que habían aparecido cientos y miles de mensajes de la candidata en el ordenador del excongresista demócrata Anthony Weiner. La relación entre Weiner y Hillary está en que la esposa del congresista -aunque están separados- es Huma Abedin, la mano derecha y confidente de Clinton.

Sin embargo, el FBI informó, después de que ProPublica lo desvelara, que la cantidad de correos que Abedin reenvió a Weiner era muy pequeña. La prensa estadounidense especula con unas pocas decenas de correos, entre los que solo dos -no 12, como dijo Comey- tienen información reservada, según el FBI.

Las declaraciones de la semana pasada de Comey en el Comité fueron usadas por los republicanos para distraer la atención sobre las relaciones entre el exconsejero de Seguridad Nacional de Donald Trump, el general Flinn, y el embajador de Rusia, Sergei Kislyak.

Al anunciar el cese de Comey, Trump ha declarado que "el FBI es una de las instituciones más valoradas y respetadas de nuestra nación y hoy es un  nuevo comienzo" para la organización.

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