La Mane hizo la tarea

La Mesa Ampliada Nacional Estudiantil, Mane, le ha cumplido al país la promesa de construir en forma colectiva, una propuesta de Ley de la Educación que sustituya la Ley 30 y recoja las principales reivindicaciones enarboladas por los estudiantes, durante las jornadas del 2011.

El camino que han recorrido es bastante significativo y debe servir de ejemplo a otros sectores populares, por cuanto la metodología utilizada les permitió recorrer el país celebrando encuentros, conferencias, mesas de trabajo, consultas a expertos, etc. Todo un ejercicio democrático para alcanzar consensos, algo difícil en nuestro medio, dado que las expectativas de grupos y sectas generalmente se imponen sobre los intereses de la colectividad.

El resultado se viene socializando y, aunque uno no comparta varios de los planteamientos, sin lugar a dudas este texto que está en permanente proceso de perfeccionamiento, contiene una serie de proposiciones que apuntan a los temas cruciales de la educación superior, estos se constituyen en verdaderos insumos para la discusión amplia que se debe generar, porque estamos seguros de que el propósito no es la imposición de unos criterios, sino el logro de unos acuerdos.

Existe en el articulado una conjunción de utopías y realidades que de alguna manera, si se adoptaran, permitirán las mejoras ostensibles del sistema educativo que rige la universidad colombiana, especialmente la pública. Uno de esos temas, sensibles por naturaleza, es el de la financiación. Se propone que la educación superior sea gratuita, no solo las matrículas, sino también todo aquello que se engloba en bienestar universitario y ello se cuantifica inicialmente en 7.3 billones, frente a los 2.3 billones que se invierten en el presupuesto actual.

La estructura de gobierno establece los organismos y las autoridades que manejarán las instituciones educativas estatales, con la participación de trabajadores, docentes y estudiantes, cuya principal expresión se dará en una asamblea o congreso nacional universitario que se encargue de discutir y formular las políticas. De igual manera, se fijan las dimensiones de la autonomía y su objetivo de regulación, básicamente a partir del ejercicio de la democracia y el cogobierno.

Otro ítem de gran importancia es el referente a la calidad académica, entendida esta como una serie de “procesos que tienen que ver con la creación, la apropiación, transmisión y aplicación de los conocimientos científicos, artísticos, humanistas y técnicos”. 

Igualmente se propone una política de bienestar que se desarrolle a partir de un Consejo Nacional de Bienestar Educativo.

Se espera que la discusión de estas propuestas, que comprometen a toda la sociedad, tengan un apoyo masivo y una respuesta positiva del gobierno y el poder legislativo, para poder decir que todos hicimos la tarea en favor de la educación superior colombiana.

Credito
LIBARDO VARGAS CELEMÍN Profesor Titular UT

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