Santa Ariadna y el Minotauro

George Wallis

La ‘Aldea Global’, se conmovió este domingo ante lo que podría ser el más tragicómico espectáculo en los años corridos de este siglo. Se trata de la coronación de dos ‘Miss Universe’ en una sola noche, por cuenta de una chambonada del presentador, Steve Harvey.

Ciertamente los reinados de belleza representan un acto más de frivolidad humana. Para empezar, son una triste parodia de las antiguas monarquías, antítesis de la democracia, que tanta inequidad generaron en el mundo. Son muchos los británicos y los españoles, para no ir muy lejos, que aborrecen las coronas y los cetros, símbolos de subyugación del pueblo y que, coherentes con estos criterios, desprecian este tipo de concursos.

Pero a veces las más irracionales ideas parecen cobrar dignidad cuando se arropan con las prendas de las ideas políticas, de la religión o del nacionalismo. En el caso de Miss Universo, y de nuestra espectacular representante colombiana, Ariadna Gutiérrez, tan cuestionablemente destronada a los cuatro minutos de ser proclamada ‘reina del universo’, el tema no es intelectual. Es un asunto de orgullo patrio, de reivindicación de complejos y frustraciones nacionales, que se ven heridos de nuevo de manera tan torpe como afrentosa.

El error de Harvey, es la apoteosis del ridículo de este tipo de eventos. Pero el traspiés no solo es de Harvey, a quien algunos colombianos de mala leche insultaron en sus chistes en los medios sociales por ser ‘ese negro tal por cual’. El humor, a propósito, es la manifestación de concepciones profundas, a veces tan malsanas como esta, o cómo sacar en los memes al Pablo Escobar que todos llevamos dentro.

En realidad el mayor ridículo es la falta de credibilidad de la organización, que para muchos toma decisiones influida por la política norteamericana. Para algunos escépticos, no es raro entonces, Harvey fue solo un idiota útil de los intereses del arlequín republicano, Donald Trump.

La única persona afectada y a quien de alguna manera se debería resarcir, Ariadna Gutiérrez, me parece una mujer bella en todo sentido. Su propio nombre, Ariadna, tiene origen griego y significa, en este ancestral idioma, ‘muy pura, muy santa’. Repasando la mitología griega Ariana, hija de Minos y Pasífae, ayudó a Teseo a derrotar al Minotauro dándole un ovillo de hilo para que marcara la salida a la puerta del laberinto.

Ariadna, de cualquier manera, es una gran ganadora por toda la fama que desde ya ha adquirido y que puede acrecentar enormemente en el futuro. Viene de una pequeña ciudad de la costa colombiana, de una preciosa etnia latina de sangres mezcladas en este crisol humano que es Colombia. Ariadna, como símbolo de salida del laberinto de guerra de nuestro país, podría llegar muy lejos.

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