El sabio vive su fe con inteligencia

Jairo Yate Ramírez

« °°° Enseñando Jesús a sus discípulos, les decía: «Estad preparados y con las lámparas encendidas, como haciendo guardia de noche. Portaos como quienes aguardan a que su amo vuelva de la boda, para abrirle apenas llegue y llame a la puerta.” (Lucas 12, 32-48).

La fe es seguridad de lo que se espera, y prueba de lo que no se ve. La fe es la garantía de los bienes que esperamos, nos permite descubrir las maravillas que Dios ha preparado para cada uno de nosotros. (Hebreos 11, 1-2).

Felices aquellas personas que saben vivir inteligentemente su fe, en todo espacio, en todo lugar, en todo momento. No es posible ser cristiano y seguir ahogado en las riquezas; es necesario poner toda la confianza en el Señor y compartir: “Busca primero el Reino de Dios y todo lo demás se te dará por añadidura”. (Mateo 6,33).

No basta con creer en todo lo que tiene que ver con Dios y dejarlo así a la deriva; pues el Reino del que Jesús nos habla, exige vigilancia, no todo es seguro si no está bajo la gracia, la oración, el sacrificio y la generosidad por vivir y experimentar el Reino de Dios: El Maestro dice: Velen y oren porque no saben el día ni la hora. (Mateo 24, 42).

Quien propone una vida diferente, uniforme y estable, es Dios. Y Él sabe por qué lo dice; a hombres y mujeres nos corresponde escuchar con mucha atención lo que Dios quiere indicarnos: “Dichoso el criado si el amo, al llegar, lo encuentra portándose bien” (Mateo 24, 46).

Esperar la venida del Salvador, no es tan fácil explicarlo con palabras concretas porque podemos caer en los extremos de prefigurar modelos, estilos de vida o formas muy particulares de pensar cada cual con respecto a su experiencia de fe.

El Hijo de Dios va rumbo a su Pascua (muerte y resurrección). Cada ser humano tiene su pasado, (experiencias vividas); su presente, (la realidad misma que lo circunda); y su futuro, (una vida organizada donde se minimizan los riesgos).

Hay que aprender a vivir de acuerdo al orden que Dios le ha dado a la creación, cada cosa tiene su lugar, cada experiencia tiene su instante, todo tiene su valor, todo tiene su principio y su fin. Quien cree en Dios, tiene una lectura particular de su pasado y su presente. Cada hora es una oportunidad para vivir la vida como el siervo fiel y prudente, (Cf. Mateo 24, 45).

El Papa Francisco recomienda el desapego de los bienes terrenales, la confianza en Dios, la vigilancia interior. “Donde está tu tesoro, allí también está tu corazón” (Lucas 12,34).

Cuida tu salud: La sabiduría y la inteligencia, las recomienda Dios. (Cf. Proverbios 4, 5-7).

Arquidiócesis de Ibagué

Comentarios