¿Obcecación o interés indebido?

Es un cúmulo de irregularidades que no deja nada bueno ni para un asunto tan sensible como el suministro de agua potable para Ibagué, como para el erario. No podrán decir que no estaban advertidos, cuando obcecadamente siguieron en su equivocado propósito.

Un cúmulo de irregularidades rodea la adición al contrato con Acualterno dentro de la accidentada ejecución del tristemente célebre proyecto del Acueducto Complementario de Ibagué.

El asunto, que ha sufrido toda suerte de análisis en el Ministerio, que con el soporte de sus técnicos hizo presencia en los diseños y presupuestos de las diferentes etapas de la obra, todavía no avanza, pues está paralizado hace dos años pese a que se entregaron los elementos de tubería requeridos, se contaba con los diseños y planos y se giró el correspondiente anticipo.

La obra fue adjudicada a una ignota empresa originaria de uno de los lugares reconocidos en Colombia por carecer, precisamente de acueducto, como es Villavicencio.

El presupuesto para este primer tramo ha sufrido inexplicables modificaciones (todas ellas sin autorización del Ministerio) pues de los 4.6 millardos de pesos iniciales se pasó sin argumentos a 6.2 millardos de pesos y se giró el anticipo correspondiente, sin que esa lesiva acción para el Municipio se haya visto acompañada por un significativo de la obra.

En el entretanto y con la irresponsable e inexplicable actuación del Jefe Operativo del Ibal (que todavía permanece en su puesto) fue firmado un documento que niega la existencia de los diseños contratados (los que se emplearon para aprobar los presupuestos en el Ministerio) y determina que los presupuestos no están en firme, sino que son meramente indicativos (en actuación insólita en el ramo). Lo que dio pie a los contratistas para solicitar una nueva adición por 12.6 millardos de pesos, de los cuales y pese a la oposición de la ciudadanía, de un sector del Concejo, del silencio de los organismos de control y la Interventoría y por encima de los concienzudos y profesionales conceptos de la Veeduría Para el Agua de Ibagué V.A.P.I. (compuesta por reputados ingenieros, geólogos y abogados) la Administración municipal anuncia que girará 3.1 millardos de pesos adicionales y someterá otra suma similar a un tribunal de arbitramento.

Todo esto aupado por un controvertido abogado que funge simultáneamente como apoderado de Acualterno y como asesor de la Alcaldía.

El Gerente del Ibal, en descomedida e ignorante actuación, aduce que V.A.P.I. es ilegal y miente al decir que ha sometido la disputa a un Tribunal de Arbitramento en la Cámara de Comercio de Ibagué, CCI, como lo pudo comprobar esta redacción en consulta al Centro de Conciliación y Arbitraje de la CCI.

Como se decía al principio, es un cúmulo de irregularidades que no deja nada bueno ni para un asunto tan sensible como el suministro de agua potable para Ibagué, como para el erario.

No podrán decir que no estaban advertidos, cuando obcecadamente siguieron en su equivocado propósito.

REDACCIÓN EDITORIAL

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