Hay que avanzar hacia un turismo verdaderamente sostenible

De todos depende que durante muchos años los escenarios naturales no se destruyan, y sean fuente de ingresos para quienes viven del turismo y opciones de descanso y entretenimiento para los viajeros

El turismo es un importante dinamizador de la economía. En el Tolima se está promoviendo con éxito el ecoturismo, gracias a que el territorio cuenta con imponentes sitios naturales como el río Magdalena y el Parque Nacional Natural Los Nevados, así como abundantes ríos, cascadas y lugares propicios para el senderismo, la escalada y la aventura. Sin embargo, en las temporadas altas no se están teniendo en cuenta los impactos negativos por el exceso de personas que llegan a algunos lugares.

El pasado puente, por ejemplo, el cañón del Combeima se saturó por las aglomeraciones en restaurantes, senderos y miradores. Fueron cientos de vehículos los que transitaron y miles de personas las que ocuparon todos los espacios. En algunos sectores el tránsito era realmente dificultoso.

En los últimos años el turismo de naturaleza se ha puesto de moda, pero interviene en el hábitat de las especies y las desplaza. Son múltiples los problemas a que están expuestos los ecosistemas, como la pérdida de cobertura vegetal, la contaminación del agua, el deterioro de la flora, el alejamiento de la fauna y la domesticación de especies. En las poblaciones aledañas, se acelera la expansión urbana, hay desplazamiento de comunidades, aumenta la propagación de enfermedades y se alteran las tradiciones locales.

Plásticos, colillas de cigarrillos, bolsas, botellas, empaques, residuos de comida son abandonados por los visitantes y alteran la vegetación y contaminan las fuentes de agua. Acciones aparentemente inofensivas como recoger plantas o flores, pueden producir trastornos en los ecosistemas. 

El del turismo es un sector en constante crecimiento, es la mejor forma de conocer otras culturas, trae beneficios económicos a las regiones y es fuente de empleo para los lugareños. Por eso es imperativo adoptar las buenas prácticas para operadores, guías, hoteles, restaurantes, transportadores y viajeros, que se encuentran expresadas en la Ley de Turismo.  Es necesario que los turistas conozcan los impactos de su presencia en la biodiversidad y que lleven a cabo sus recorridos con responsabilidad. De lo contrario, para frenar el deterioro, más adelante habría que imponer medidas restrictivas para el ingreso de visitantes, como alguna clase de pico y placa ambiental.

De todos depende que durante muchos años los escenarios naturales no se destruyan, y sean fuente de ingresos para quienes viven del turismo y opciones de descanso y entretenimiento para los viajeros.

 

EL NUEVO DÍA

Comentarios