Por su amor al deporte, la mejor bolichera de Colombia y Deportista del Año en el Tolima, María José Rodríguez Ospina, ha sacrificado todo. Ella misma lo reconoce, pero no se arrepiente.

“Me hubiera gustado que las cosas fueran distintas, como el no irme del país para mejorar y tener a mi familia cerca, pero todo es de costumbre”, dijo a EL NUEVO DÍA, minutos antes de ser proclamada anoche como la Mejor Deportista del Año, en los premios Acord Tolima.

Esta ibaguereña toda su vida la tuvo clara: el deporte es su mayor debilidad, aunque cree que si no hubiera sido bolichera de pronto hasta sería millonaria jugando golf.

A esta disciplina llegó a temprana edad, mientras iba al club con sus padres, a quienes recuerda que se les escapaba para ir a la bolera a darse una línea.

Su interés por este deporte convenció a su familia de inscribirla a clases y, sin darse cuenta, su existencia empezó a ser regida por pines y bolas.

Muchas alegrías, lágrimas y triunfos le ha dejado este deporte, el mismo que años atrás la impulsó a empacar maletas para establecer residencia en los Estados Unidos, alejada de los seres que más ama: sus padres.

Allí tiene una vida organizada, cursando estudios de maestría en Finanzas en la Universidad de Lindenwood, y entrenando fuertemente para cada torneo, ahora con miras al 2012, cuando espera ir como la número uno de Colombia al Sudamericano de Brasil, al Panamericano de Las Vegas, al Mundial de Singles en Chipre y la Copa Mundo AMF.

Esperando su super momento
María José Rodríguez Ospina reconoció a Antes de... que en el campo deportivo y personal ha experimentado muchas glorias, entre ellas, cuando obtuvo medalla de oro juvenil con Laura, por equipos en el Mundial de Finlandia, pero continúa esperando que le ocurra algo que la lleve a decir “super wao”.

Con la sencillez y el buen humor que la identifica, la estrella del 'boliche' expresó que no le preocupa qué le tiene preparado el futuro, se conforma con lograr sus metas, satisfacer sus propias expectativas y obtener un buen empleo ya sea en la tierra de tío Sam o en su patria.


PREGUNTAS Y RESPUESTAS
¿Cuál ha sido su pin más difícil de derribar en la vida?
“Aprender a mezclar los viajes con mis compromisos académicos, porque son muchos en un semestre y esto siempre afecta mis estudios”.
    
¿Cuál ha sido su mejor jugada en el amor?
“No lo he pensado, soy la mujer más seca, no dedico canciones... soy cero romántica, creo que el romanticismo me lo quedaron debiendo en el nacimiento”. (Risas)

¿Cuando le hicieron chuza?
“No sé, tendría que preguntarle a mi novio”.

¿Y usted cuándo le hizo moñona a la vida?
“Creo que cuando he logrado medallas y el haberme ido a los Estados Unidos”.
    
¿Cuándo se declaró una bola muerta?
“El día que me caí en Panamericanos y no pude competir. Nunca me había retirado de un torneo y sentir esa impotencia y frustración fue horrible: fue una bola muerta”.

¿Cuál ha sido su mayor falta deliberada?
“Pensándolo como que soy una niña muy buena, no he hecho nada malo, quizás que salía sin papeles, pero nunca me pillaron”.

¿Ha tenido errores de cálculo?
“Tal vez creer que alguien está enamorado de una amiga y mentiras que me está tirando los perros a mí, y yo no me doy ni por enterada”.

¿Cuál ha sido el mejor puntaje en la vida?
“Haber logrado las metas que me he trazado como es graduarme, estar haciendo una maestría y estar pagando mi carro”.

¿Ha sentido que pierde apoyo?
“Sí, cuando me gradué porque no sabía que iba hacer con mi vida, tanto así que me faltaban dos semanas para salir de Colombia y no me había definido, gracias a Dios he tenido suerte”.

¿En los zapatos de quién le gustaría estar?
“En los míos: María José, porque me encanta mi existencia”.

¿Cuál ha sido su línea más difícil?
“Haber dejado mi familia”.

¿Qué palo tiene en la mira?
“Culminar bien mi maestría”.