Un piano de cola negro, acompañado de cinco músicos, con su enorme talento que parece infinito, fueron los elementos que necesitó el cubano Chucho Valdés para maravillar a cerca de dos mil personas en la noche del pasado jueves.
De ingreso gratuito los barranquilleros llegaron muy temprano a las instalaciones de la Universidad para lograr el mejor lugar y disfrutar el show de quien ha ganado cinco Premios Grammy, tres Latin Grammy y un Congo de Oro en el Carnaval de Barranquilla hace ya 20 años, lo cual recordó en el escenario.
Pero antes del maestro del jazz latin y los sonidos afrocubanos, una cuota de la casa, con un ensamble entre músicos y bailarines que dieron la talla, con personalidad, trabajo y mucho talento.
Entre estudiantes y profesores entregaron un performance con canciones originales que hicieron sentir a los asistentes que cinco las canciones interpretadas fueron pocas.
Puntual como pocos, a las ocho de la noche ya estaba arriba en el escenario junto a sus músicos, completamente de blanco, incluso la gorra, entregó un pequeño saludo y de inmediato, “!a lo que vinimos!”, dijo. Frente al piano y a tocar.
De largo aliento
Con un artista con tanto repertorio como Chucho nunca se sabe por dónde irá, y quienes le conocen aseguran que siempre varía de concierto a concierto.
Eso sí, gracias a las improvisaciones que son el alimento del jazz, no resistió la tentación y se fue por los sonidos del Caribe colombiano, con una pequeña parte de ‘Se va el caimán’.
No faltaron las sorpresas, estrenando una nueva canción que incluirá en su próximo disco, “un tango a la cubana, un timba-tango”.
Ahí no paró todo, Chucho llamó al escenario a Basilio Márquez, uno de los trompetistas cubanos más destacados de los últimos años, radicado en Colombia, y quien trabajó al lado del cubano por más de una década.
Comentarios