Perteneciente a una familia con raíces caldenses, pero radicada y vinculada a la capital tolimense, esta dama, la tercera de 11 hermanos, fue el eje y motor de la unión, el amor y la entrega familiar, y desde su infancia la caracterizó un temperamento de líder y entrega incondicional hacia los suyos.
Estudió Bacteriología en la Universidad Javeriana en Bogotá, siendo una de las primeras mujeres profesionales de aquella época. Viajó luego a Nueva York, donde complementó sus estudios. Regresó a esta cuidad a ejercer su profesión, alternando con el deporte especialmente el tenis de campo, en el que se destacó en diferentes torneos, y unió su vida al médico Eduardo De León Caicedo, logrando formar un inmejorable equipo tanto en lo familiar, como en lo social y en lo profesional.
Al lado de su esposo, fue un apoyo invaluable para la creación de diferentes entidades, tales como Coruniversitaria, hoy Universidad de Ibagué; la Asociación para el Desarrollo del Tolima y la Corporación Colegio San Bonifacio de las Lanzas, y perteneció activamente al Club de Jardinería de Ibagué.
Gracias a su espíritu de servicio a la sociedad sensibilizó a sus amigas, como ellas mismas lo recuerdan, para sacar adelante la obra del Jardín de los Abuelos, por la que trabajó durante toda su vida, a la vez que perteneció a diferentes fundaciones y fue miembro de distintas juntas directivas en pro del bienestar de los desprotegidos.
Siempre caracterizaron a Yamile de De León su espontaneidad, su alegría, su amor, su generosidad y su entusiasmo por la vida. Quienes tuvieron el privilegio de compartir con ella sienten la satisfacción de haber recibido un legado de mujer ejemplar y sienten gran tristeza por su partida.
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